Mariví Vivar tiene 53 años y es una superviente del cáncer. Vive en Zújar, Granada, y fue precisamente la recuperación del cáncer de mama triple A negativo la que la llevó a la práctica deportiva. Descubrió que tenía cáncer por un accidente de coche. “Tuve mucha suerte porque tuve un accidente de coche al llevar a mi hijo al bus, el coche siniestro total, pero no nos pasó nada. Al ver que tenía un gran moratón en el pecho izquierdo, el médico me dijo que me pidiera una mamografía. Encontraron un bulto y ya me hicieron la biopsia in situ. A los 10 días me dieron el diagnóstico de cáncer de mama un 25 de noviembre de 2016, y el 23 de diciembre ya empezaba todo el proceso de cirugía y del tratamiento de quimio en enero de 2017. Fue todo muy rápido y al terminar con la quimioterapia ya me dieron remisión completa, empecé la radioterapia para acabar el tratamiento”.

¿Cómo te planteaste empezar a hacer deporte?
Con 47 años, tengo una casa con escaleras y no podía subir las escaleras, y me propusieron hacer Pilates en el ayuntamiento con mujeres mayores de 70-80 años, casi desisto porque ellas iban muy bien y yo no podía moverme, pero aguanté, 3 días a la semana y fui adaptándome. Y a los 3 meses el monitor me propuso irme con las más jóvenes a hacer circuitos de cardio y de fuerza, 3 días a la semana más los 2 de días de Pilates, y a los 4 meses ya podía trotar.
¿Y cómo empezaste a correr?
Me inscribí a la carrera popular de 6 km mi pueblo de Zújar en Granada, y la terminé andando, en agosto con mucha calor. Y en noviembre me apunté al circuito de la diputación carreras de 10 km por los pueblos de Granada cada domingo. Veo por redes sociales el reto Pelayo, y me llamaron al casting, un amigo me dejó una bici porque no había montado desde pequeña. No lo pasé, pero me enganchó la bici, y me apunté a la Cronoescalada Jabalcón de Zújar de 12 Km con 750 Km de desnivel con una bici de montaña que me compré.
¿Y cómo fue empezar con el duatlón y triatlón?
Ya corría y hacia bici y empecé a hacer duatlones, al ir publicando en mis redes sociales, me llamaron de la asociación contra el cáncer de Cádiz y me invitan al Triatlón de Puerto Sherry en octubre de 2019, para participar en equipo con otras dos mujeres, y hacer los 10 km. Me quedé tan fascinada con el mundo del triatlón que le dije a Rafa, mi marido que quería hacer un triatlón, y me dijo: “Cari, se te olvida una cosa, que no sabes nadar”. Y es que flotaba pero no daba 3 brazadas... Así que en noviembre me apunté a la piscina cubierta de Zújar a un cursillo con gente que iba a aprender a nadar. Pero cuando ya empezaba a nadar, me cierran la piscina en 2020 por el Covid. Como a los deportistas federados nos dejaban ir a la piscina cuando las abrieron, me federé con el club Triatlón Tijola-Ocio Deporte Baza. Y volví, que me dieron hora de 7 a 8 h, yo sola en la piscina con 2 monitores. Ahí aprendí a nadar de verdad.
¿Tu primer triatlón sola?
En julio de 2021 en Castril, Granada, un triatlón sprint cross. Fue brutal, nadamos en un embalse y del agua salí la última, pero no entré la última, la penúltima, pero hacía mucho calor con 40 C a las 18h, que casi lo suspenden. Me gustó la experiencia, especialmente porque al llegar a meta me hicieron un pasillo al entrar mis compañeros del club con otros participantes. Al cruzar la meta, ya pensé: “Ahora sí que te he ganado cáncer, fui proponiéndome retos de triatlones, duatlones y dos veces la Pilgrim Race. En triatlón he hecho distancia sprint, porque no tengo bici de carretera y no puedo hacer olímpicos con la de montaña.

¿Tu próximo reto?
Hacer un triatlón olímpico en Guadix, el 2024…y ya empiezo a pensar en hacer un día un triatlón de larga distancia.
¿Cómo animarías a otras personas que estén pasando por lo que tú has pasado?
Me uní a la Fundación de UAPO (Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico) cuando me llamaron al ver mi historia, y cuando hablo con los pacientes que tienen en Granada, les cuento que yo he pasado la quimio sin poder moverme y arrastro muchas secuelas, pero con el deporte me olvido del dolor y los problemas. No me gusta ser ejemplo, pero sí ser motivación, y que sepan que ha sido un proceso lento, en el que he ido paso a paso, y he tenido que ir avanzando de nada de deporte a entrenar, y coger un entrenador para ir mejorando. Y eso supone privarse de cosas como comprar ropa o salir a comer el fin de semana para poder tener un entrenador, y eso me ha permitido dejar las pastillas del azúcar, la tensión, el colesterol, el corazón, los dolores de las neuropatías, etc. Y ahora me siento mucho mejor y el médico me ha quitado todas estas pastillas en las revisiones. Creo que hay que ser constante y tener paciencia para mejorar y estar mejor.