Probablemente Francisco Barbero sea el que más temprano despierta en muchos kilómetros a la redonda de Villanueva del Arzobispo, Jaén. Se levanta aún de madrugada para salir a correr todos los días, en silencio, haya lluvia o nieve, por la que siente una especial adoración, de hecho, siempre recordará con mucho cariño la primera edición de la carrera Entre Olivos, que completó en un gélido día nevado.
Francisco inició su pasión por el deporte hace 12 años, y aún hoy, recién cumplidos los 69, cumple con su tradicional recorrido mañanero de entre 11 y 12 km diarios que le lleva a atravesar las localidades jiennenses de Iznotarof, Villacarrillo o Jesús del Monte.
Paco, como lo llaman sus amigos, se ha hecho célebre en la provincia y es conocido como "el hombre que más madruga" entre todos aquellos que también saben mucho de "madrugones", los vecinos que se dedican a las labores del campo. El deporte forma parte de su vida y no concibe un día sin poder practicarlo, hasta tal punto que su mañana de running se complementa con una hora de ciclo indoor y una ruta andando con su mujer. Es también el más veterano del Club de Atletismo La Moraleja y en él reconoce sentirse parte de una gran familia con la que comparte su gran afición.
Su "fiebre" deportiva comenzó por un problema articular en la rodilla a raíz de un accidente en el que fue arrollado por un coche. El médico le recomendó salir a andar para que a la larga su movilidad no se viera afectada. Así hizo y notó los efectos enseguida, cada día se iba sintiendo mejor y su cuerpo le iba pidiendo más: los pequeños pasos del primer año fueron largas caminatas a paso ligero al siguiente y después llegó el correr. Hace dos años acumulaba entre 80 y 90 kilómetros semanales en una temporada en la que llegó a cargar con 4.000 km a sus espaldas.
Cuando le preguntamos por trucos para mantener ese ritmo de vida (que ya muchos quisiéramos) no duda en mencionar las bondades de la dieta mediterránea y las propiedades del aceite de oliva virgen extra local, del que es gran conocedor y es que ha sido durante más de 40 años parte de su profesión en la Cooperativa de San Francisco. Tampoco se le olvida nombrar la fruta, los frutos secos y sus famosas nueces y dátiles gigantes, ya célebres entre sus compañeros del club de atletismo.
"¿Y la retirada para cuándo?", le preguntamos. Ahí es rotundo. Mientras sus piernas se lo permitan, va a seguir.