Nos toca hoy probar la HOKA ONE ONE Clifton 8. Es el modelo santo y seña de la marca y lo es no solo por su buen hacer sino por ser el más longevo y porque es, digamos, la zapatilla estándar la marca. Es la clásica zapatilla neutra que puede cubrir a un gran número de corredores y eso a priori es algo bueno pero, claro, también tienes que partirte la cara contra una numerosísima competencia en la que ademas también han echado el resto. Como suelo decir, en este nicho de mercado no hay ninguna mala. Muchas son veteranas con un cuarto de siglo a sus espaldas, otras con más de una década pero sobre todo diría que es un mercado tan competido que nadie quiere sorprender por miedo a fallar. Este último punto es la clave no solo de la Clifton sino de Hoka en general. Llegaron hace apenas una década a un mercado ya copado y se atrevieron a hacer algo distinto y con muchas ideas nuevas e interesantes. Una década después es la marca más pujante que ya mira en cifras de ventas a las más grandes y si te preguntas por qué, presta atención ya que la Clifton 8 es casi un manual de fábrica.
LAS IDEAS CLARAS
Si algo funciona, las ventas acompañan y la competencia tarda en reaccionar, de manual es seguir sin grandes cambios. La Clifton 8 parte del mismo esquema de siempre, esto es, un chasis curvado y muy ancho que le procura estabilidad y respuesta a partes por igual, una amortiguación generosa y suave y un upper que deja espacio al pie para que se mueva sin mucho agobios. Pero eso es solo el esquema general, la Clifton 8 al detalle es así:
SUELA
Recibe varios cambios en su estructura y configuración que buscan sobre todo un mejor contacto con el suelo y una flexión más natural. Para ello las estrías de flexión del antepie no se disponen en líneas rectas que cruzan a lo ancho la suela sino que dichas líneas tienen un angulo de unos 30º desde su origen en la cara interior y hasta el exterior. Ciertamente es la manera más parecida a como se dobla nuestro pie y sí, funciona.

En el medio pie, que no lleva recubrimiento de goma, vemos un gran vaciado en forma de triangulo isósceles que guía la pisada. Solamente esta zona está desprovista, como digo, de una goma que aunque fina es una dureza media lo que asegura un equilibrio entre prestaciones y durabilidad.
MEDIA SUELA
Repite igualmente las medidas de su antecesora, 37-32 mm, con lo que se mantiene fiel a su drop de 5 milímetros. Del mismo modo sigue tirando de una EVA moldeada por compresión de tacto muy suave. Aunque en esta versión el tacto es algo más firme sigue siendo bastante blanda y aunque he notado la mejoría de calidad en cuanto a durabilidad, aún sufre mucho los cambios de temperatura.

Es una media suela que proporciona gran amortiguación y confort pero que suma poco peso al no poseer gran densidad. Su perfil alto permite hacer un vaciado en la parte central de tal manera que el pie queda encajado por los bordes, más altos, lo que junto a su anchura le confiere una excepcional estabilidad.
UPPER
Desde que se implementó el uso del upper de ingeniería todo es cuestión de apretar el patrón aquí y soltar por allá. La gracia está en saber hacerlo y la Clifton a grandes rasgos aprueba a base de no mojarse mucho, dicho sea de paso.

Aun primando por mucho el confort tampoco falla a la hora de dar sujeción y de transpirar más que decentemente.
EN MARCHA
Le llega la hora de la verdad a la Clifton que siempre se distinguió por un rodar alegre. En sus origenes incluso era su plato fuerte la respuesta pero con la irrupción de modelos más ligeros y reactivos Hoka ha puesto más enfasis en su vertiente más rodadora. Desde luego, y como siempre, le vamos a buscar las cosquillas.
Primeramente hay que contar cómo entran, y lo hacen muy bien, como todas las Hoka. Es muy suave y tiene una horma generosa que hasta con plantillas ortopédicas sigue dejando milímetros de desahogo. Los seis ojales de cordones permiten ajustar casi a la carta y esa horma ancha no es problema si tu pie es fino. Comenzamos a rodar y notamos una amortiguación bastante generosa y blanda. En los días de calor (por aquí abundan) incluso diría que demasiado blanda. El rocket de la zapatilla es más suave y esa pérdida de curvatura hace que se adapte más fácil a todos los públicos pero también que pierda chispa. Eso se nota, no hay tanta velocidad en el despegue pero ello no quita que le vaya a apretar a ver qué es capaz de hacer.
Hemos comenzado a rodar a un ritmo lento, por asfalto, aquí ofrece su mejor cara pues la suavidad de su amortiguación da lo mejor de sí. Al entrar en tierra sigue muy fiable, la estabilidad aquí brilla. Subimos el ritmo hasta alcanzar la velocidad crucero de un rodaje con ciertas alegrías y aunque se encuentra bien, se le empiezan a ver las costuras. En ediciones anteriores la amortiguación era más firme y la curvatura más acentuada lo que permitía correr más rápido. Ocurre que antes a la Clifton le tocaba hacer de todo y ahora claramente es una zapatilla de entrenamiento y en eso está. Un punto importante es que aunque ha suavizado sus formas sigue siendo una zapatilla con el arco marcado lo que para corredores con pies cavos es una bendición pero para gente con el arco bajo puede dar algún problema. Ojo.
En definitiva la Hoka Clifton 8 es una zapatilla de entrenamiento para corredores neutros de entre 65 y 80 kilos que en esta nueva edición se reivindica como tal y apuesta por mayores cotas de amortiguación y confort de marcha.

OK:
- Sigue teniendo una ratio prestaciones-peso de lo mejor del mercado
- Tiene un gran equilibrio de prestaciones que le hace tener pocos puntos débiles.
KO:
- Con la pérdida de respuesta pierde su elemento más diferenciador
- La amortiguación es sensible a los cambios de temperatura.
140 €
Peso: 252 gramos (En talla 9,5 USA)