Si a principios de la semana pasada me dicen que voy a estar con Sport Life probando el modelo de competición de Speedo (Fastsking LZR Racer X) rediseñado para los próximos Juegos de Río de Janeiro, ¡no me lo hubiera creído! Y es que el viernes nos llamaron para proponernos que si queríamos estar el martes 28 de junio probando el bañador que van a llevar los mejores nadadores del mundo en los próximos Juegos, “¡por supuesto!”, dijimos.
A pesar de que he nadado durante toda mi vida, mi velocidad de tortuga terrestre en el agua ha hecho más que innecesario que tuviera que acercarme a una tienda a por un bañador de competición. Por lo tanto, el único contacto que tenía con los bañadores de competición “supersónicos” era de ver los atuendos de Mireia Belmonte o de Melanie Costa en sus competiciones, ¡nada me hacía suponer a mí que iba acabar enfundándome el mismísimo bañador que Mireia llevaba en la portada de Sport Life del pasado mes de diciembre!
Otro punto de emoción de este meeting de Speedo era que el lugar donde fuimos citados los periodistas era nada más ni nada menos que en la mismísima piscina donde se desarrollaron las pruebas de natación en los JJOO de Londres en 2012, en la Villa Olímpica de Stratford.
Primero nos recibieron con un interesante coloquio donde los diseñadores del Fastsking LZR Racer X nos contaron las peculiaridades técnicas que habían tenido en cuenta para desarrollarlo:
- Combina compresión, construcción, sensibilidad y apoyo, es decir, la idea era conseguir la prenda más competitiva en el agua, que generara la mínima resistencia posible, que ayudara a la flotabilidad y que resultara cómoda para los nadadores en movimiento. A esto ayudan sus costuras unidas con sistemas ultrasónico consiguen rebajar
- Una prenda que genera autoconfianza. En una prueba tan técnica como la natación, donde cada detalle cuenta para rebajar una milésima de segundo la marca, el contenido psicológico es crucial, por eso el nadador necesita estar cien por cien seguro de que está llevando la mejor tecnología textil disponible y que sus marcas están realmente en sus manos, para ello Speedo ha trabajado en este factor psicológico hablando con los mejores nadadores del mundo en cada paso del desarrollo del producto para garantizar que iban a conseguir un producto con el que realmente se sintieran cómodos y veloces.
- ¿Y si juntamos sujeción y compresión? Pues precisamente esto es lo que han hecho, combina una perfecta sujeción en la zona del core, con una cierta sensación de corsé para facilitar que el abdomen esté haciendo el trabajo necesario para lograr la mayor flotabilidad posible, con la compresión justa en piernas que te hará sentir que sus músculos están trabajando al mejor nivel.
- Han consultado a más de 300 nadadores de élite y más de 20 expertos de natación con el objetivo de lograr el mejor bañador para Río 2016 (un bañador que además de técnico y veloz es bonito, porque junto con los llamativos colores en verde, púrpura o los detalles azul eléctrico del negro que presentan los modelos en venta para el gran público, la equipación olímpica también presenta una original combinación de colores para representar las banderas de los distintos países).
Y tras esta interesante charla pasamos a ser medidos para que nos dieran el bañador que se ajustara mejor a nuestro cuerpo, y es que al ser un tipo de bañador que debe ajustarse como un aguante a nuestra anatomía para generar la menor resistencia posible al agua, ¡las medidas eran de vital importancia! ¡Y es que tardas cerca de 20 minutos en ponértelo! (no había sudado tanto en mi vida), así que imagínate si te dan una talla que no se adapta a tus medidas, de hecho yo dudé en varias ocasiones sobre si me había dado la caja correcta. En shock por lo aparatoso del protocolo para ponértelo, preguntamos si los nadadores en competición también tardan tanto, y nos dijeron que sobre todo las chicas suelen necesitar que alguien les ayude para agilizar el proceso.
Ya con el bañador puesto (y con la sensación de haberte embutido en un mono cósmico para surcar los cielos, compresivo pero muy cómodo) llegamos a la piscina y tras ponernos las gafas Speedo Fastskin LZR Racer X (las mejores gafas que he probado en mi vida porque consiguen esa difícil combinación de presionar lo suficiente para que no entre el agua sin que lleguen a hace daño por mucho rato que las lleves puestas, por no hablar de su magnífico efecto antirreflectante y de que no se empañan en absoluto) y el gorro del mismo nombre (que sí que me resultó algo incómodo para una melena larga porque es demasiado rígido y tardas en pillarle el truco para ponértelo de forma rápida y si te lo pones mal se te puede caer en el agua, como me pasó) nos lanzamos al agua para probarlo muy bien acompañados: con el ganador de la medalla de plata en los JJOO de Londres en 200 m braza el escocés Michael Jamieson.
Nada más entrar en el agua notas que algo ha cambiado- y tienes claro que quien ha mejorado deslizándote sobre el agua no eres tú, que sigues siendo la misma tortuga terrestre de siempre, sino que la ayuda viene de Speedo. Todo lo que te habían dicho era cierto, ganas en flotabilidad al sentir que tu core no deja de trabajar en ningún momento, tus músculos trabajan cómodos en el agua y cuando te tiras de cabeza notas que el desplazamiento tras el impulso del salto es muchísimo mayor que con un bañador tradicional. ¡Nunca he nadado tan rápido en mi vida! ¡Una pasada! Y lo mejor de todo es que cuando vea a Mireia Belmonte lanzarse a por todas este verano en Río podré decir que yo he nadado con su bañador, gorro y gafas, ¡todo un privilegio para una enamorada de este bonito y duro deporte!
El bañador de chica te sale desde 389 € (269 el modelo masculino), el gorro por 32 € y las gafas por 54 €.
Para más información consulta la web de Speedo.