La figura del entrenador personal y sus beneficios
Si has decidido embarcarte en la aventura de crear nuevas rutinas de ejercicio, empezar a tener una alimentación saludable y, en líneas generales, mejorar tu estado de salud física y mental, seguramente hayas pensado en los entrenadores personales (o alguien te lo ha recomendado). Y es que, en los últimos años, esta profesión por fin ha ido adquiriendo la reputación y la importancia que se merece, pues no todo el mundo es consciente de las ventajas que se obtienen al contar con un/a entrenador/a personal.
En cuanto a esto, hay también mucho escepticismo a la hora de creer en los progresos que se pueden logar a través de un entrenamiento personal; muchas personas siguen aferradas a la idea de que por sí mismas pueden conseguir las mismas metas. Sin embargo, está demostrada la eficacia de dichos profesionales y, sobre todo, la gran diferencia entre contar con ellos o no si hablamos de objetivos a medio-largo plazo. Esto es precisamente el tema que nos atañe hoy, esclarecer qué beneficios son estos y por qué todos y todas deberíamos, en algún momento de nuestras vidas, contratar a un entrenador personal.
Reduce la posibilidad de lesionarte
En primer lugar, nos gustaría destacar un aspecto de hacer ejercicio (cuando no se tienen los conocimientos necesarios) que mucha gente pasa por alto: las lesiones. Lo más normal es que nos apuntemos a un gimnasio porque queremos bajar de peso, cuidarnos, ponernos en forma, etc., pero, en ocasiones, queremos abarcar más de lo que nuestro cuerpo puede en ese momento. Por ejemplo, cuando queremos levantar más peso del que debemos o hacemos ejercicios que no hemos hecho nunca, estamos poniendo en riesgo nuestra salud física. Es muy probable que más tarde o más temprano acabemos lesionándonos.
Así pues, contar con la ayuda y la supervisión de un entrenador personal hará que minimicemos este riesgo y, sobre todo, aprendamos cómo debemos llevar a cabo nuestro entrenamiento. Antes de preocuparnos por el peso que levantamos es necesario que aprendamos cómo movernos y cómo hacer los ejercicios sin peligro para nuestros músculos y articulaciones. Y es que una lesión, tanto para cualquier deportista profesional como para una persona de a pie, supone poner nuestra vida en pausa (y, en el caso de los primeros, su carrera).
Por otra parte, si ya has sufrido una lesión y necesitas recuperarte lo más pronto y de la mejor forma posible, son muchos los entrenadores que se especializan en lesiones. De esta forma, podrás estar seguro/a de que te pones en manos de alguien que sabe lo que hace y se ha especializado en entrenamiento personal enfocado en la rehabilitación de lesiones, de manera que puedas volver a las andadas más pronto que tarde.
Te ayuda a tener constancia
No es un secreto para nadie que, muchas veces, nos cuesta mantener una constancia en cualquier actividad que hagamos, no solo en el deporte. A no ser que seas un/a apasionado/a del deporte (o te dediques a ello profesionalmente), es muy probable que más de un día cambies las pesas por el sofá. Sin embargo, es muy distinto cuando hay alguien preocupándose por tu progreso y haciéndose cargo de que no pierdas de vista tus objetivos. Este es uno de los mayores beneficios que tiene el contar con un entrenador personal en nuestro día a día, ya que la constancia es clave para lograr nuestros objetivos en un periodo de tiempo mucho más corto que si lo hiciésemos por nuestra cuenta.
De esta forma, tu entrenador te recordará por lo que estás «luchando» y te dará ese chute de motivación que vas a necesitar de vez en cuando; asimismo, se encargará de llevar un seguimiento de tu progreso para que puedas ir comparando tu estado actual con el que tenías cuando comenzaste. En definitiva, tener un entrenador personal es darle volumen a la voz de tu conciencia, que muchas veces ignoramos y pocas veces se equivoca.
Te lleva a la meta más rápido
Otro de los beneficios más atractivos que tiene contratar un entrenador personal es la rapidez (aunque esto depende de cada caso y cada persona) con la que conseguirás tus objetivos. Cuando se diseña un entrenamiento personal adaptado a nuestras necesidades, estado actual y objetivos, se pone el foco de atención tanto en nuestros puntos débiles como en los fuertes, de manera que nos aprovechemos de aquello que se nos da bien, nos gusta y con lo que nos sentimos cómodos y cómodas. De esta forma, en apenas unos meses te darás cuenta de los cambios que ha habido tanto en tu cuerpo como en tu mente; porque sí, el ejercicio físico nos aporta beneficios a nivel mental importantísimos para estar sanos y felices.
Así pues, y gracias a la ayuda de tu entrenador/a personal, serás capaz de lograr tus objetivos de manera mucho más rápida y eficaz, lo cual conlleva que veas resultados en mucho menos tiempo que si fueses al gimnasio a hacer ejercicio por tu cuenta. Al fin y al cabo, solo un profesional puede diseñar una rutina de ejercicio (y alimentación) adaptada a ti al 100 %.
Por último, pero no por ello menos importante, no olvides asegurarte de que la formación de tu entrenador o entrenadora personal es la adecuada para ti y en general. En primer lugar, comprueba los estudios que tiene tu entrenador personal, ya que estamos hablando de una actividad que puede afectarte para bien o para mal en tu estado de salud, así que es importante ponernos en manos de una persona confiable. En segundo lugar, y dependiendo de tus objetivos y necesidades, es una buena idea buscar a un profesional especializado en ciertas áreas, como por ejemplo el entrenamiento para embarazadas, deportistas de élite, personas con lesiones o patologías específicas, etc. Ahora sí, estás preparado/a para darle un giro de 180 º a tu estilo de vida.