"Capacidades diferentes, posibilidades infinitas"
José Preciados, director general Ilunion Hotels
Con este lema de "capacidades diferentes" llega el nuevo reto del mes de septiembre. Nuestra entrenadora Beatriz Crespo nos propone un entrenamiento inédito: entrenar a oscuras. Pero no por falta de iluminación ambiental... ¿Alguna vez te has imaginado cómo es para una persona ciega entrenar? Con el reto de este mes, la entrenadora Beatriz se hace eco del movimiento #SomosHeroes, que pretende dar visibilidad a las personas con discapacidad. Ponte un antifaz y comienza a entrenar, además, estarás trabajando la propiocepción. ¿Crees que puedes ser el más rápido en terminar los ejercicios que te propone? ¡Sube tu vídeo y demuéstralo!
30" Skipping 10 Sentadillas tipo sumo 10 Burpees 30" escalador
3 series 20" Skipping 15 Sentadillas con salto 8 Burpees 30 Jumping Jacks
3 series ( 20" Skipping 8 Burpees 10 metros reptando 10 zancada atrás por pierna )
3 series (20" Skipping 10 flexiones 10 sentadillas sumo 8 Burpees)
3 series (20" Skipping 10 Zancada lateral por pierna 30 " Escalador 8 Burpees)
Importancia del trabajo propioceptivo por Raúl Notario
• Entrenar la propiocepción nos facilita el aprendizaje en situaciones donde intervienen los mecanismos reflejos y las respuestas involuntarias, mejorando esas respuestas reflejas, lo que aumenta nuestro rendimiento.
• El entrenamiento propioceptivo junto con el entrenamiento de fuerza facilita la mejora de la estabilidad articular.
El sistema propioceptivo depende de varios estímulos sensoriales (sistema visual, auditivo, vestibular, receptores de la piel, receptores articulares y como no, receptores musculares) los cuales, todos unidos se encargan de elaborar respuestas automáticas ante diferentes situaciones.
La propiocepción regula la dirección y el rango de movimiento de nuestros segmentos corporales (brazos, piernas, tronco, cabeza…) en relación con el entorno en el que nos movemos. Se encuentra estrechamente relacionada con el equilibrio, la coordinación y la capacidad de respuesta del sistema nervioso central.
Por lo tanto, podemos decir que la propiocepción es la mejor fuente de información para tener un buen control neuromuscular y de ese modo mejorar la estabilidad articular funcional, es decir, la que nos sirve en nuestro día a día.
Todo esto está muy bien pero… ¿Qué forma el sistema propioceptivo?
El sistema propioceptivo está compuesto por sensores de movimiento que se centran en descubrir los diferentes signos de alarma que provienen del músculo y las articulaciones cuando realizan una actividad cualquiera. Entre los propioreceptores se distinguen:
• Los receptores cinestésicos articulares: Su misión es la de informar sobre los ángulos que adquieren las articulaciones y la velocidad con la que se modifican estas dimensiones, algo clave en el caso de articulaciones dañadas o lesionadas.
Además de estos, los receptores de la piel proporcionan información sobre el estado muscular y sobre el movimiento, ayudando a conservar una buena posición corporal durante el movimiento, sobre todo en las extremidades.
• Los husos musculares: están integrados dentro del músculo para informar sobre el grado de elongación al que se somete la fibra muscular. Esto permite la valoración de los excesos de elasticidad muscular, esta información llega hasta la médula espinal donde se elaborará la doble reacción: evitar la contracción del músculo agonista o bien activar una contracción muscular refleja en el músculo antagonista.
• Los órganos tendinosos de Golgi: receptores encapsulados en la inserción del tendón con la fibra muscular. Ayudan a proteger al sistema locomotor de posibles daños derivados de una tensión excesiva.
Toda esta información llega al Sistema Nervioso Central para que nuestro cerebro no pierda detalle de la situación real, es decir, de la longitud del músculo, el grado de contracción y la velocidad a la que se desarrolla la acción integrando las respuestas motrices de forma global, lo que implica al tono muscular, postura y acciones musculares específicas.