Mejor prevenir...

Antes de salir tienes que asegurarte de que tu bicicleta está en buen estado. Aquí tienes algunos puntos que has de controlar periódicamente para prevenir cualquier avería en tu mountainbike.

Juanma Montero

Mejor prevenir...
Mejor prevenir...

  1. Engrase de cadena. Cada dos o tres salidas largas tienes que lubricarla. Usa un lubricante especial, los aceites normales de automoción manchan mucho, los especiales de bicicleta se pegan a la cadena y muchos de ellos, con base de parafina o ceras, prácticamente ni manchan. Hazlo poniendo el aceite por la cara de la cadena que roza con los engranajes, no por la contraria, y seca luego el sobrante con un trapo.
  2. Presión de las ruedas. Antes de cada salida toca las ruedas para comprobar que tienen suficiente aire. A veces sufres un pinchazo muy pequeño, acabas la ruta sin darte cuenta y al día siguiente la rueda tiene menos aire, lo que puede resultar peligroso. Mira la cifra de presión recomendada impresa en la cubierta, lo normal es que oscile entre los 2 y los 3 kg/cm2. Cómprate una bomba grande con manómetro para comprobarlo.
  3. Holguras y aprietes. Fundamental que los cierres rápidos de ruedas y sillín estén bien apretados, compruébalo. Fíjate también que la potencia esté bien apretada, agarrando la rueda entre las piernas e intentando mover el manillar, una comprobación importante. Intenta mover el sillín arriba y abajo también.
  4. Ajusta las suspensiones a tu peso para ganar en seguridad, en comodidad y en eficiencia sobre las zonas bacheadas. Ten en cuenta que tú eres la mayor parte de la masa, y ello implica tantas variaciones de ajustes como variantes de peso y envergadura existen entre las personas. Veremos dos ajustes básicos y sencillos de llevar a cabo: la presión de aire y el rebote.

Es la dureza inicial de la suspensión, la fuerza que hay que aplicar para que empiece a moverse y por debajo de la cual permanece inactiva. Para que esa dureza sea óptima se estima que la suspensión debe comprimirse, cuando subimos a la bici, entre un 15 y un 30% de su recorrido total. Mide primero todo el recorrido, tomando la medida de la suspensión totalmente extendida y luego totalmente comprimida (le quitamos todo el aire a presión que lleva dentro, anotando antes la presión que tenía, o bien sacamos el muelle metálico, si funciona con ese sistema). La diferencia de longitudes es el recorrido total. Luego pon la presión que tenía antes, o coloca el muelle y te subes a la bici, en parado, te bajas y mides lo que ha bajado la suspensión con tu peso. Para comprobarlo habrás puesto una brida de plástico alrededor del émbolo de la suspensión, que se desplazará al comprimirse ésta. Medimos lo que se ha movido la brida plástica, que ha de ser entre un 15 y un 30%. Si se comprime más la suspensión tendremos que darle más presión de aire (o poner un muelle más duro) y si no llega al 15% tendremos que quitarle aire (o poner un muelle más blando).

Las suspensiones que tienen regulación externa de rebote (suele ser un dial rojo) permiten abrir o cerrar más el paso de aceite para frenar más o menos la extensión de la suspensión. Regular el rebote correctamente no es complicado y se puede hacer con una sencilla prueba:

Móntate en la bici y baja un bordillo alto sentado sobre el sillín, de unos 30 a 40 cm, la suspensión se comprimirá al bajar y una vez abajo se extenderá. Al extenderse debe hacer un solo rebote rápido pero no brusco. Si la suspensión oscila, bajando y subiendo dos o más veces hay que cerrar el control de rebote (el dial) girándolo en sentido horario media vuelta. Se repite la prueba hasta que rebote sólo una vez. Si nos pasamos de cerrar el rebote la recuperación será muy lenta: abre media vuelta hasta que la suspensión se extienda justo después de haberse comprimido, sin retrasos.