Tal vez pienses que eso del entrenamiento de fuerza no va contigo y crees que lo de levantar peso o meterte en una sala para hacer ejercicio no te puede aportar nada positivo. Desde hace años y con el boom del running, las actividades aeróbicas han visto incrementadas notablemente el número de seguidores. Los beneficios y virtudes del entrenamiento aeróbico están ahí y no vamos a desterrarlas, ni mucho menos. El entrenamiento aeróbico es muy necesario, pero puede ser más productivo si lo alternamos con entrenamiento de fuerza. Si todavía crees que no necesitas trabajar tu fuerza, te equivocas.
En este post os voy a dar, de forma breve y sencilla, algunas razones por las que no os debéis olvidar de vuestro entrenamiento de fuerza. No es necesario que te vuelvas un loc@ del gym, ni un adict@ a las salas de fitness, con algunos sencillos ejercicios e incluso con nuestro propio peso, podemos lograr niveles de fuerza más que adecuados para el desarrollo de nuestras actividades diarias, proporcionándonos mayor vitalidad y calidad de vida (el trabajo de fuerza bien orientado puede reducir la gran mayoría de dolores musculares originados por malas posturas o un estilo de vida sedentario).
- Aumentamos nuestra tasa metabólica: gracias a las actividades de fuerza, movilizamos y ponemos en funcionamiento a nuestro tejido muscular activo, lo que supone una mayor activación post-entrenamiento. Si tu objetivo es la pérdida de peso, o definición, debes saber que tras un entrenamiento con cargas o con nuestro propio peso, el metabolismo puede mantenerse activo hasta incluso 24-48 horas después.
- Realizar actividad aeróbica y seguir una dieta baja en calorías puede suponer una pérdida de tejido muscular. Debido a esto nuestro organismo puede poner en marcha su sistema de reserva y pasaremos a gastar menos calorías al día, causando la sensación de no avanzar o progresar en nuestro objetivo, pese a esforzarnos para lograrlo. Aparece la frustración y es más fácil abandonar dietas, ejercicio, etc.
- El trabajo de fuerza evita la perdida de tejido muscular. Debido a esa disminución, el ritmo metabólico basal de un adulto puede verse reducido hasta en un 3% por cada década de vida. Si nuestro RMB disminuye y nuestra ingesta de calorías sigue siendo la misma, favorecemos la acumulación de tejido adiposo en nuestro cuerpo, con todo lo que ello puede suponer.
- Aumento del RMB. El entrenamiento de fuerza, 3 veces por semana, puede suponer un aumento de nuestro ritmo metabólico basal de hasta un 9%.
- Unos niveles de fuerza adecuados a lo largo de nuestra vida nos garantizará una movilidad y autonomía, que se hacen imprescindibles a medida que vamos cumpliendo años y nos adentramos en la vejez.
Ahora que ya hemos dejado patente lo bueno que es entrenar la fuerza, seas hombre o mujer e indiferentemente a la edad que tengas, os propongo un breve circuito en el que trabajaremos todo nuestro cuerpo.
Realiza 3 series de 15 repeticiones, pasando de un ejercicio a otro sin descansar. Cuando termines la serie, descansa un par de minutos y comienza de nuevo. ¿Empezamos?
Espero que os hayan resultado útiles mis consejos y como siempre, disfrutad de un buen fin de semana deportivo SPORTLIFER@S