Volviendo a la escalada

Hace muchos años empecé a escalar, era muy mala pero le ponía mucho interés, fue solo un verano de agujetas y frustración porque me faltaba fuerza y me sobraba culo, pero me encantaba la sensación de concentración extrema que tienes cuando te enfrentas a una pared, ese dejar la mente en blanco y concentrarte en dónde colocar el pie o la mano en el siguiente movimiento. Esa felicidad extrema que te da llegar a la reunión de una pared que te ha costado lo tuyo, aunque sea un 3B, pero es mi reto y conseguirlo es el mejor premio.

admin_mpib

Hace muchos años empecé a escalar, era muy mala pero le ponía mucho interés, fue solo un verano de agujetas y frustración porque me faltaba fuerza y me sobraba culo, pero me encantaba la sensación de concentración extrema que tienes cuando te enfrentas a una pared, ese dejar la mente en blanco y concentrarte en dónde colocar el pie o la mano en el siguiente movimiento. Esa felicidad extrema que te da llegar a la reunión de una pared que te ha costado lo tuyo, aunque sea un 3B, pero es mi reto y conseguirlo es el mejor premio.

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Después de tantos años me quedaba la espina clavada de volver a la escalada, volver a sentirme libre en una época donde la crisis intenta machacarme cada día y correr, nadar, montar en bici ya no me basta para desestresarme cada día, así que llamé a mis amigos escaladores y les aburrí hasta que he conseguido que me lleven a escalar...me he comprado unos pies de gato y un arnés y he vuelto a enfrentarme a una pared de roca con la que puedo medir mis fuerzas sin que me importen los plazos de entrega de la revista, los artículos que se me atascan, las ventas, o las preguntas del foro que contesto cuando puedo y siempre me quedo con la pena de no poder contestar a todas por falta de tiempo.

Sólo he ido dos días pero las sensaciones han vuelto, Carlos y Carla (los charlies) son mis profes, también Jorge alterna conmigo la bici de carretera con la escalada, a mi ritmo lento y sin parar de hablar, ¡cómo iba a ser de otra manera! Y hasta Fran y los niños se han venido y han empezado a probar el otro día en la Laguna de Peñalara.

Me gusta lo que he conseguido, ahora soy más fuerte que hace 15 años, mi cuerpo se adapta al movimiento y mis músculos concentran su fuerza para hacerme subir más alto. Cuánta técnica tengo que aprender, cuánta energía tengo que ahorrar, pero he vuelto y amigos, me gusta más que antes.

Os iré contando mis pequeños progresos, la escalada es dura para una maratoniana, pero necesito esa libertad de mente que sólo en una pared de roca puede darte, la crisis se estrella contra la roca y me libera...