Hoy 25 de Noviembre es el Día Internacional Contra la Violencia de Género y aunque esta causa no debe ser olvidada ningún día del año, no quiero dejar pasar este día sin hacer algo especial para recordar que ningún tipo de agresión tiene justificación.
Afortunadamente, la vida me ha regalado a personas a mi alrededor que me han querido y el maltrato me pilla de lejos, pero hay muchos tipos de maltratos y maltratadores y con el tiempo he aprendido a alejarme de las personas que podían hacerme daño.
Cuando era adolescente siempre decía que a mi nadie me pegaría, que yo no era de las que me callaría ante una agresión, pero los años me fueron borrando esa incredulidad juvenil y vi a amigas de caracter fuerte aguantar durante años situaciones que nunca imaginaron, mujeres fuertes que un día aparecían escayoladas porque 'el perro había tirado con mucha fuerza de la correa' o mujeres inteligentes con mordiscos porque 'está tan estresado que no se da cuenta y me muerde en sueños' . Una amiga me contó que su pareja estaba en la carcel después de estrangularla y dejarla por muerta, llevaba años siendo maltratada y violada, pero no lo denunció hasta que no vio que su hija iba a ser la siguiente víctima. También he visto casos de maltrato psicológico a hombres, parejas que los insultaban en público o delante de los niños y aguantaban sin decir nada, simplemente miraban al suelo mientras los demás nos callábamos y mirábamos a otro lado.
Con los años, algunas y algunos dejaron a sus parejas y otras y otros aguantaron el maltrato para que los niños no pasaran un mal rato. Lo que me quedó claro es que nadie estamos a salvo de la violencia, que no hay que tener una personalidad insegura o débil para ser víctimas de una persona maltratadora, todos podemos ser maltratados y todos alguna vez hemos abusado y maltratado a nuestra manera.
Aunque me arriesgo al decir esto, creo que el maltrato está en nuestra Naturaleza humana y animal, pero igual que está la bondad, la compasión y el respeto. El abuso de poder empieza en el colegio, cuando los niños y las niñas deciden aislar o burlarse de un compañero por el simple hecho de ser diferente o más débil, pero la educación nos va puliendo y sacando lo mejor de nosotros, y creo sinceramente que la mejor forma de crear una sociedad sin maltrato es dar buen ejemplo a los peques para que tanto en casa como en la calle vean como se puede vivir en igualdad y sin hacer daño al prójimo.
El deporte es la mejor manera de conseguir evitar el maltrato, cualquier víctima se siente inferior a quien le hace daño, y con el ejercicio ganamos fuerza física y mental, descubrimos que podemos superar nuestras barreras entrenando con constancia y poco a poco somos mejores, más fuertes, más rápidos, más eficaces. Me gustaría pensar que el deporte es la llave para conseguir que hombres y mujeres maltratados consigan dar el gran paso que necesitan para salir de la esfera de daño y destrucción del maltratador.
No hace falta hacer boxeo para conseguir acabar con el maltrato, deportes como correr pueden dar más fuerza a una persona que una llave de kárate, y es que la fortaleza mental es lo primero que debilita el maltrato.
En los últimos meses estamos trabajando en Sport Life para hacer algo para ayudar a las mujeres a superar el maltrato. Mi última 'niña mimada' para conseguir unir el deporte, las mujeres y los donativos benéficos son los Talleres Benéficos de Defensa Personal Femenina (DPF). El último taller no sólo tuvo dos horas en el tatami con Alejandro Martínez, el instructor de Artes Marciales de Estudio 47, que con paciencia, buen humor y mucha lógica femenina nos enseña técnicas sencillitas para salir de un ataque. También hubo una tertulia con Lola Cidoncha, la psicóloga del CAVAS y las policías del grupo 21 de Delitos Sexuales nos aconsejaron y resolvieron nuestras dudas sobre que hacer en caso de agresión. Entre las 100 participantes recaudamos 300 euros para el Centro de Asistencia para Víctimas de Agresiones Sexuales. Lo mejor es que algunas de las participantes se han apuntado a clases de Defensa Personal, y están descubriendo que la defensa no es sólo una forma de aprender a luchar, también es una forma de pasarlo bien, ponerse en forma, ganar fuerza y potencia y seguridad en una misma.
Desde mi blog, sólo quiero transmitir energía, fuerza y valor para esos hombres y mujeres que sufren maltrato, animarles a hacer deporte, a participar del espíritu Sport Life. Sé que no me puedo poner en su lugar, sé que hay heridas que no puedo imaginar, pero la vida está llena de sorpresas y como decía mi abuela: 'A todo cerdo le llega su San Martín'. Y algún día no habrá que dedicar un día para reflexionar sobre la Violencia de Género y sobre ningún tipo de Violencia. Pero de momento existe y no hacer nada, también es una forma de maltrato.
No al maltrato, Sí al buentrato
Hoy 25 de Noviembre es el Día Internacional Contra la Violencia de Género y aunque esta causa no debe ser olvidada ningún día del año, no quiero dejar pasar este día sin hacer algo especial para recordar que ningún tipo de agresión tiene justificación. Afortunadamente, la vida me ha regalado a personas a mi alrededor que me han querido y el maltrato me pilla de lejos, pero hay muchos tipos de maltratos y maltratadores y con el tiempo he aprendido a alejarme de las personas que podían hacerme daño. Cuando era adolescente siempre decía que a mi nadie me pegaría, que yo no era de las que me callaría ante una agresión, pero los años me fueron borrando esa incredulidad juvenil y vi a amigas de caracter fuerte aguantar durante años situaciones que nunca imaginaron, mujeres fuertes que un día aparecían escayoladas porque 'el perro había tirado con mucha fuerza de la correa' o mujeres inteligentes con mordiscos porque 'está tan estresado que no se da cuenta y me muerde en sueños' . Una amiga me contó que su pareja estaba en la carcel después de estrangularla y dejarla por muerta, llevaba años siendo maltratada y violada, pero no lo denunció hasta que no vio que su hija iba a ser la siguiente víctima. También he visto casos de maltrato psicológico a hombres, parejas que los insultaban en público o delante de los niños y aguantaban sin decir nada, simplemente miraban al suelo mientras los demás nos callábamos y mirábamos a otro lado.