PREPARATIVOS
Sábado 18 de julio, 12:00 horas. Los omóplatos se me juntan en la espalda y siento rigidez, tensión. Un ligero amago de quedarme clavada. Me siento en la cama y me echo a llorar. Cristina (amiga y compañera) me dice, "tranquila Lourdes, es normal, son los nervios". Mando un whatsaap de SOS a Curris (Curris no podría viajar hasta el domingo a Zurich) y a mis amigas del cole. “Estoy tan emocionada que me estoy quedando clavada y tengo muchas ganas de llorar". Curris me contesta que eso es bueno, estar en tensión el día antes es buena señal. Mis amigas me animan incondicionalmente.
13:00. Llega Tere a nuestro apartamento y le cuento lo mismo entre lágrimas. Misma contestación que Curris, “estar tensa el día antes de la prueba es bueno" no te preocupes que esta tarde te doy un masaje y ya verás que te recuperarás. Así fue, después de un rato de descanso Tere se puso manos a la obra. Me fue genial y me recuperé del todo. En mi interior pensé, “¿lo ves? son los nervios y son buenos tenerlos." A las 15·30 teníamos hora para hacer el check in en boxes. Por la mañana había preparado cuidadosamente con gesto de ritual todo el equipo.
Una vez entregada la bici intenté entender esta logística nueva de bolsas colgadas en sitios diferentes con recorridos por boxes en un sentido, después en otro sentido lo que me produjo un gran desconcierto. Sensación de laberinto por boxes, de aquí para allá, de allá para otro lado. Coges la bolsa, la sueltas, vienen los voluntarios, te la cogen, la suben, la bajan y aparece en tu gancho. A mí, que no me gusta que me toquen nada una vez lo tengo todo en orden, este movimiento en boxes me generaba un cierto estrés. Intento que no me afecte demasiado y nos vamos a echar un chapuzón las tres al lago. Solo entrar en el agua pienso que el agua está fría, que no es normal que no dejen usar el neopreno el día de la prueba. Esa hora y media que voy a estar dentro es mucho rato tal como está el agua. No le doy más vueltas, quiero irme a casa, no quiero hablar con nadie, quiero estar conmigo misma, pensar, repetirme el poema de "If" de Kipling y escuchar la canción del Duo Dinámico “Resistiré". En fin, cada uno tiene sus rituales y necesidades para entrar en un buen estado físico y mental.
Cenamos tranquilamente Cristina y yo, muy felices de haber alquilado un apartamento para poder comer sano. Y a las 22:00 a la cama con luz apagada. A la 1:00 de la mañana me despierto, miro los últimos whatsaap y me da un buen rollo total, mensajes muy graciosos, cariñosos y de ánimos de muchas personas. Miro el correo y tengo un mail de Phil deseándome una gran carrera. Le contesto que muchísimas gracias y enseguida me contesta que mañana estará mandándome energía. ¡Qué inyección de buen rollo! Me di la vuelta e intenté dormir de nuevo. Algo tuve que dormir pero no puedo detallar. Tenía muchas ganas de no alargar más el tema y lanzarme al lago para bien o para mal, pero la espera se hizo larga.
A las 4:00 nos levantamos: ducha, desayuno, vestirnos, etc. y fuimos caminando a boxes que estaban situados 2,5 km de nuestro apartamento. Para mí era perfecto ya que era un precalentamiento poder caminar este trozo. Una vez en boxes, al retirar el plástico que cubría la bici, los omóplatos se me giran de nuevo y siento de nuevo esa tensión. "¡Mierda!" intento no hacer caso y seguir.
A las 6:00 había quedado con Ester Galindo, que se había desplazado hasta Zurich para seguir el Ironman y darme todo su apoyo. Juntas nos dirigimos a la zona de salida con bastante tiempo de margen e inicio mi calentamiento trotando por el césped. Cristina y yo nos ubicamos en nuestro cajón de salida a esperar nuestro turno.
LA NATACIÓN
"Acabando el segmento de natación""
Por fin nos lanzamos al agua y sorprendentemente noto que en mi cabeza se produce un click y recuerdo las palabras de Phil, “concéntrate en tu carrera" . ¡Sí! ¡Máxima concentración! y este pensamiento me sitúa en un estado placentero. Buscar la concentración, verme dar cada brazada para avanzar en el lago, el frescor del agua, otros participantes a mi alrededor ¡todo es energía! Me siento ligera y pienso que lo estoy haciendo muy bien. Yo misma me felicito “Bien Lourdes, sigue así" Salgo de la primera vuelta y veo a Tere con una sonrisa. Le pregunto el tiempo y me contesta que 45 minutos, por debajo de lo previsto. Yo sigo sintiéndome Ester Williams nadando. Disfruto cada brazada y en ningún momento se me hace larga la natación, teniendo en cuenta la distancia que es. La disfruto y mucho, salgo feliz del agua y le pregunto a Tere qué hora es. Con una voz suave y un poco titubeante me contesta que son las 8:45. "¿Cómoooooooo? ¿Pero qué me está diciendo? ¿Qué ha pasado? Pero si yo estaba nadando como un delfín, ¿cómo que más de una hora en hacer la segunda vuelta?" Me quedo totalmente desconcertada sentada en el banco de boxes donde me cambiaba para ir en bici. Me frustro mucho, pienso que ya empiezo como en mi primer Ironman, a ir muy mal con el tiempo.
LA BICICLETA
"¿Por qué justo hoy me tenía que olvidar las gafas?"
Me comprometo a recuperar tiempo en la bici y actúo. Me pongo rápidamente las zapatillas, el casco y el maillot. Cuando ya estaba acabando de recorrer con la bici en mano por el carril de salida me doy cuenta que no llevo las gafas. ¡Mierda! como la otra vez, también me olvidé de las gafas pero Curris me las lanzó al vuelo al salir. Esta vez Curris no lo sabe. Ya no puedo volver a la zona de boxes. Muy enfadada conmigo misma por torpe, veo a Tere y le grito, “Tere no llevo gafas y llevo las lentillas" pensando que ya tenía la información para que se lo dijera a Curris y yo sé que Curris movería cielo, mar y tierra para conseguirme unas gafas.
Treinta km llanos de inicio. Yo solo siento el viento en contra y que todo me entra en los ojos. Por momentos pienso que me puedo hundir en la miseria más profunda. ¿Acabaré con una infección en los ojos y me tendrán que sacar las lentillas con ventosas? Me maldecía "¿por qué justo hoy me tenía que olvidar las gafas?" En eso miro el Polar y voy a 32 de media. De repente sentí alegría al ver que iba a esta velocidad, acoplada y con fuerza.
En el km 28 se acerca un chico, joven, guapo, simpático y muy amable. Me sonríe y me pregunta que qué tal estoy. Yo, enrocada en mi tema de las lentillas y sin gafas de sol, le contesto que muy fastidiada por no llevar las gafas. Sin esperar ni un segundo coge sus gafas de sol y me dice con una sonrisa, "no te preocupes coge las mías ya me las devolverás". En ese mismo instante supe que acabaría el Ironman, sin duda alguna. Ahora era cuestión de centrarme bien en el ánimo, las fuerzas, en la estrategia de la maratón. Me dio tan buen rollo este tipo (era canadiense) que solo pude pensar que qué suerte tenía, que aquello había sido una señal de verdad y me dio una felicidad inmensa. Hasta llegué a pensar si había sido Phil quien me había enviado las gafas. ¡¡¡Fue algo mágico!!!!
Primera vuelta en 3 horas 49 minutos
Voy bien en todo momento y hago la 1ª vuelta de la bicicleta en 20 minutos menos que en mi primer Ironman. Algo había podido recuperar, primera vuelta en 3 horas 49 minutos. En la segunda vuelta la dureza del clima empezó a dejarse ver. Un calor que no hace falta que os lo describa, sumado a una alta humedad hicieron que entrara en estado de trance. Tanto fue así que noto por una milésima de segundo que la cabeza ha hecho amago de caer. ¡Estaba a punto de quedarme dormida! ¿Cómo es posible quedarte dormida en la bici? Eran las 14:30 aproximadamente, y yo llevaba despierta desde la 4 de la mañana, había dormido seguido solo tres horas y me vino un sueño a esa hora tremendo.
Intento ser consciente de que me puede volver a pasar e intento distraerme con cosas para estar atenta. Al pasar por los pueblos los suizos nos esperaban en sus jardines con las mangueras de riego para mojarnos y eso se agradecía enormemente, ya que llegábamos bastante derretidos. A treinta km de boxes me doy cuenta que me he quedado sin comida y paro dos minutos en un avituallamiento. Me como hasta dos plátanos y continúo. En la bici bebí 6 bidones, tres de agua y tres de suero, comí 250 gr de HeroBars y tres sobres de gelatina con carbohidratos.
A veinte km de boxes aparece mi canadiense con los ojos de sapo, rojos como un tomate, (pobre ) y me pregunta de nuevo que tal estaba, le agradezco enormemente que me haya dejado sus gafas y se las devuelvo. Los últimos kilómetros voy a buen ritmo.
RUN
Al llegar a boxes una parada técnica, un pipí, bambas, gorra y sé que debo tomar un Quinton (es agua de
"Concentrándome en carrera"
mar, que contiene todas las sales necesarias para no decaer ni un solo momento en las próximas horas) pero hay un pero grande, está totalmente caliente y dudo en tomármelo. Delante de la ampolla de Quinton, me pregunto varias veces qué hacer, si sí o si no (caliente me puede sentar mal, pero sin sales puedo sufrir un "jamacuco"). "Que sea lo que Dios quiera", me dije, mientras me la tomaba: "¡¡¡¡qué asco, que asco, que asco!!!!!" Y sí, me cae como una bomba en el estómago. Me lanzo a la maratón.
Después de más de 4 km nadando y 180 km en bici, ¡una maratón! Veo que tengo 6 horas 15 minutos y pienso que está muy bien. Eso sí, no me podía relajar. Empiezo mi trote cochinero y a los seis km veo a Curris y a Tere en nuestro punto de encuentro. Les digo con mala cara que me han sentado mal las sales. Curris me conoce perfectamente y sabe que aquello puede ser mi ruina. Le pide a Tere que me acompañe un poco y me distraiga. Tere se puso a correr conmigo un rato, la miré y pensé que qué suerte tenía, miradas de complicidad, sonrisa de ánimo, de no te preocupes, vas bien y así, haciendo un trabajo positivo en la cabeza. Después de tomarme una Coca Cola bien fría, que Curris compró sobre la marcha en un chiringo, me sentí bien. Era el km 23. La táctica en carrera era la que Cristina me había recomendado la noche anterior y que la vi clara: "divide y vencerás, la maratón son 17 series de dos o dos kilómetros y medio" (distancia que había entre cada avituallamiento). Me encantó lo de dividir y vencer. La verdad es que aliviana mucho la cabeza. Corría todo el rato solo para llegar al siguiente avituallamiento, caminaba y empezaba a correr una vez la zona de avituallamiento se había acabado. Y hasta el siguiente. Veía que iba bien. Podía correr a 7:15, aunque los avituallamientos me bajaban mucho la media.
Salvo estos pocos metros en los avituallamientos no dejé de correr en ningún momento. Me sentía fuerte, concentrada y firme en mi propósito. Eso sí a un ritmo suave. Incluso algún patizambo me adelantó caminando a cámara rápida, mientras yo trotaba a cámara lenta. Pero iba bien y avanzando a algunos hombres fuertes que parecían zombis. No tuve duda y en los últimos km se juntaron primero Curris y luego Tere y Cristina. Llegué con la cabeza alta, entera, pero sobretodo feliz de haber conseguido por segunda vez superar este reto. Un subidón de adrenalina te invade al cruzar la meta. Es una emoción tan grande la que recorre el cuerpo, que sí, vale la pena y más en estas condiciones. Phil me ha preparado muy bien, en todo momento me sentí con fuerza, estaba resistente como un toro y no tuve dolor ni calambres. Bajé 18 minutos de mi último Ironman y llegué mucho, pero que mucho más entera. Hoy es viernes y por mi cuerpo no ha pasado ni una agujeta. Estoy intacta. Siento que soy la campeona del Ironman Saludable (IMS), el que mide lo bien que llegas a meta.
"Bajé 18 minutos de mi último IM y llegué mucho, pero que mucho más entera"
EPÍLOGO
Ha sido un Ironman duro por el clima (mucho calor, viento y humedad altísima). Eso lo han dicho absolutamente todos los participantes. Además, la natación era más larga de lo habitual. Según Tere nadamos unos 500 o 600 metros más, razón por la que todos hicimos mucho más tiempo en el agua.
Hablé con Phil largo y tendido por Skype el martes por la tarde. Los dos estamos muy contentos de cómo ha ido todo. Phil me hizo muchas preguntas sobre la carrera y me dijo que todas las decisiones que había tomado habían sido las correctas. Me preguntó que qué quería hacer y le dije que continuar con él, con su método, que quería aprender más y entender mejor. El también quiere seguir entrenándome.
“Haz una buena recuperación Lourdes, caminar diez minutos o nada 10 minutos durante dos semanas. Trata bien a tu cuerpo a pesar que sentirás que puedas correr, nadar, o ir en bici. Después de estas dos semanas nos llamamos y me dices qué es lo que te apetece hacer y lo preparamos".
Esta es la crónica pero quiero escribir mis conclusiones que lo haré en los próximos días. ¡Continuamos!
Y llegó el día: 19/07/2015- IRONMAN ZURICH 2015
PREPARATIVOS
