En Tokio, entrenando a mis pulsaciones

Tokio, impresiona y mucho. Es viajar al futuro, donde la perfección, el mimo, la repetición de los gestos, da alma a todo. No hay nada que me deje indiferente, sus calles impecablemente limpias, la exquisita educación de los japoneses, el respeto a los demás, a la comunidad, a dar vida a lo que no lo tiene, hacen de Tokio una ciudad del futuro. Son tantas y tantas personas en un espacio tan reducido que no tienen otra manera de funcionar, o son extremadamente ordenados, respetuosos y educados, sin saltarse nunca las reglas, o esto sería sencillamente inviable. He de confesar que todo esto me gusta, me haría japonesa hoy mismo, el orden, mimar los momentos, los detalles etc. pero tiene su contrapartida,  me pregunto, porque no lo sé ¿dónde queda la parte emocional de las personas, los sentimientos, la espontaneidad? Supongo que todo no se puede tener, no se puede ser latino y vivir con esta exquisitez entorno a lo que nos rodea del diario. Sospecho que es incompatible.

Lourdes Torres

En Tokio, entrenando a mis pulsaciones
En Tokio, entrenando a mis pulsaciones

Tokio, impresiona y mucho. Es viajar al futuro, donde la perfección, el mimo, la repetición de los gestos, da alma a todo. No hay nada que me deje indiferente, sus calles impecablemente limpias, la exquisita educación de los japoneses, el respeto a los demás, a la comunidad, a dar vida a lo que no lo tiene, hacen de Tokio una ciudad del futuro. Son tantas y tantas personas en un espacio tan reducido que no tienen otra manera de funcionar, o son extremadamente ordenados, respetuosos y educados, sin saltarse nunca las reglas, o esto sería sencillamente inviable. He de confesar que todo esto me gusta, me haría japonesa hoy mismo, el orden, mimar los momentos, los detalles etc. pero tiene su contrapartida,  me pregunto, porque no lo sé ¿dónde queda la parte emocional de las personas, los sentimientos, la espontaneidad? Supongo que todo no se puede tener, no se puede ser latino y vivir con esta exquisitez entorno a lo que nos rodea del diario. Sospecho que es incompatible.

He viajado a Tokio por 8 días acompañando a Curris, con una expedición de personas todas involucradas con el deporte, las hay quien más las hay quien menos. Entrando en materia,  inevitablemente Phil sale en las conversaciones y vuelvo a vivir esas situaciones de sentir que estas hablando de algo muy raro y totalmente desconocido, que difícilmente vaya a ser entendida por los demás. ¿Cómo explicas que para ir más rápido has de ir más lento? Etc., etc. sin ser Phil, claro está.

Todos salen a correr en ayunas, todo el mundo bebe Coca Cola como si fuera agua y por supuesto, cuando les comentas que no comes carbohidratos y comes grasas, las grasas les suenan a colesterol puro y duro inyectado por vena. Nada diferente que no haya contado hasta aquí cuando estás con personas que no te conocen y que hacen deporte. “¿Pero no te pasas de 138 pulsaciones? ¿Pero entonces cómo corres? Pero no puedes correr a 138 pulsaciones". Por supuesto imposible quedar a correr con alguien. Todos miran con caras de asombro, nadie piensa que es posible hacer el #IMS , tengo la sensación de estar contando un cuento en Japonés, raro, raro para todas las personas.Long running en Tokio

Yo, fiel al método, respeto  las pulsaciones, en el tema de la alimentación con más margen, bastante más, de momento. Es que es muy complicado estar de viaje y según qué, no comerlo. Soy débil, y seré débil hasta que no estemos en enero que me volveré Talibana de nuevo y haré lo que tengo que hacer bien hecho. De todas maneras, mal del todo no lo llevo. Pero respecto a las pulsaciones, más fiel que nunca.

Salgo a entrenar  dando dos vueltas al Parque Imperial donde sólo viven oficialmente el Emperador y la Emperatriz, 5 km dan lugar al perímetro del parque y es muy agradable, los jardines están impecables, ningún árbol descuidado y te cruzas con muchos corredores japoneses, todos ellos corren rápidos y ligeros. En Japón no hay sobre peso, no he visto a nadie fuera de su peso, son ligeros, rápidos y no muy altos. Yo desde luego me siento enorme y muy poco ligera al lado de ellos. Todos se esfuerzan, sufren en sus entrenos, realmente van muy rápido.Perdidos en Tokio en bici

Hemos alquilado bicicletas y peinado Tokio de arriba abajo, con pérdida incluida, pero es que es ineludible no perderse, no se entiende nada, nada es nada y nadie te puede ayudar, no hablan inglés y las calles no son paralelas, ni se cruzan ordenadamente. Pero el día que fuimos en bici conocimos sitios que de otra manera no los hubiéramos conocido, fue un día muy chulo. A la vuelta, ya de noche, Tokio iluminado sabiendo el camino de vuelta a “casa" nos pareció tan bonito que mañana volvemos a la bici. Y así, entre las vueltas al Parque Imperial y las vueltas en bici por Tokio he sumado ya 7 horas muy buenas de entreno, sin subir de pulsaciones, aumentando el tiempo en carrera y sintiendo las piernas fuertes y tensas. Eso sí, he de perder peso, pero eso ya llegará.

#roadtoBarcelonamarathon