Al fin he entendido

El fin de semana pasado entendí muchas de las cosas que Phil me ha querido transmitir durante estos 10 meses de preparación.

Lourdes Torres

Al fin he entendido
Al fin he entendido

El fin de semana pasado entendí muchas de las cosas que Phil me ha querido transmitir durante estos 10 meses de preparación.

Después de una semana de 16 horas de entrenos con amigos que se preparan y se alimentan de una forma “normal", de repente, entendí.

No recordaba que los deportistas viven bajo la amenaza constante de la lesión.  Llevo 10 meses de entreno y ahora me he dado cuenta que no he escrito ni una sola palabra anunciando molestias, lesiones o cansancio. De repente, me vi fuera del contexto habitual de “estoy a punto de romperme por varios sitios" . Me preguntaron cuántas veces he ido al fisio, (no he lo he visitado en toda esta temporada). Mientras les contestaba tomé consciencia de que el método de Phil te hace fuerte sin romperte, te hace resistente sin morir en el intento y se supone que te hace rápido. A este punto en concreto yo no he llegado todavía, pero se supone que sí. Vamos a darle la confianza.

El otro apartado en el que se distingue el método de Phil es el de la alimentación. Mi alimentación nada tiene que ver con la de los demás deportistas que preparan larga distancia (en un próximo post hablaré de los menús). La diferencia está en haber sacado el azúcar, en casi todos sus formatos, en el adiós a la pasta, arroces, pan y de todas las frutas que tomaba me he quedado con las que menos índice glucémico tienen: arándanos, frambuesas, manzanas, peras y poca cosa más. Bye bye a los carbohidratos que han sido sustituidos por una ingesta de 10 raciones diarias de verduras crudas, cocidas y batidos junto con frutas.

Aquí con la gran Katherine Switzer. ¡Me toca el 261!

En fin, proteína día y noche y grasas a través del aguacate (una pieza a diario), aceite de coco y nata espesa. Todo esto que aparentemente suena muy farragoso tiene sentido. Lo he visto claro después de tanto tiempo. Sí, el fin de semana pasado entrené bajo un sol de justicia 4 horas en bici y al acabar no me sentía ni deshidratada, ni fatigada, ni nada, estaba bien y me había levantado a las 5:30 para poder desayunar e ir una hora y veinte en coche para llegar al punto de encuentro de la salida en bici. El domingo realicé tres horas en bici y una corriendo. Misma sensación, no había fatiga, (el azúcar te cansa, te hace tener sueño, siempre es tener esa sensación de cansancio después del esfuerzo). Miré el Polar y vi que esa semana llevaba 16 horas. A ver, que no soy ninguna joven (47 años) y cuesta mucho juntar esas 16 horas semanales y acabarlas en perfecto estado, sin molestias, sin fatiga y pudiendo afrontar otra semana de 16 o 17 horas. En mi caso concreto significa mucho por edad y condición. No vengo del mundo del deporte y siempre me he definido como una mami que a los 41 años le dio por jugar a la gymkana del triatlón, llegando literalmente la última o de las últimas.

Esta semana han salido los dorsales del IRONMAN de Zurich. Me ha tocado el BIB NUMBER 261. Gran entusiasmo al ver mi número de dorsal, el mismo número que Katherine Switzer, la primera mujer que en 1967 (año en el que nací) corrió una maratón inscrita oficialmente. Pero lo hizo bajo sus iniciales para no ser descubierta, era mujer, y las mujeres tenían prohibido inscribirse a carreras de distancia maratón. Su valentía me pareció tan admirable que hace un año Katherine organizó una maratón en Mallorca, la “Women’s Maratón 261" y no lo dudé ni un instante, me fui a Mallorca a participar en la carrera de 10 km que también organizaban y tuve la suerte de conocerla. Me pareció una mujer cercana, atrevida y entusiasta. Me han asignado su mismo número de dorsal y ello me obliga a darlo todo. Será una motivación adicional. :)