Estar en los Juegos Olímpicos implica SER, SENTIR Y HABLAR como lo hace un Olímpico

Si vas a ser olímpico, aprende a hablar el OLÍMPICO. El viaje que emprenden los deportistas que quieren participar y conquistar unos JJOO es duro, largo y sacrificado.

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Si vas a ser olímpico, aprende a hablar el OLÍMPICO. El viaje que emprenden los deportistas que quieren participar y conquistar unos JJOO es duro, largo y sacrificado.

La mente juega un papel fundamental en las grandes competiciones. No basta con haber entrenado al mejor nivel, con tener un talento sobresaliente y con estar en tu mejor momento físico. Necesitas sentirte seguro y confiado, tener las ideas claras y estar orientado hacia el objetivo a través de tus pensamientos: “puedo hacerlo, he entrenado bien, estoy preparado y lo voy a demostrar".

Cuatro años preparando unos juegos dan para mucho. La meta es a largo plazo y a veces cuesta mantener el factor de motivación que conlleva. La mente pasa por momentos de debilidad en la que se cruzan pensamientos del tipo ¿me lesionaré?, ¿obtendré la mínima?, ¿será mi momento? La duda y la presión debilitan, hacen que te cuestiones tu talento y tus fortalezas. Pero duda y presión son controlables; la mente es controlable. No permitas que tus propios pensamientos te dejen en el camino.
Hablar en idioma olímpico significa ayudarte a arañar una décima, un segundo, un centímetro. Un idioma capaz de sacar lo mejor de ti, de empujarte y conducirte al éxito, a ese lugar con el que llevas soñando desde hace cuatro años…yo diría más, desde que empezaste a destacar en tu deporte.

¿Por qué es importante elegir lo que te dices a ti mismo? Porque en gran parte determina tus emociones y tu ejecución deportiva. Lo que pone en marcha tu cuerpo, lo que activa el movimiento, ese ejercicio en el tatami, el inicio de tu carrera y cada una de las zancadas, es tu mente. La mente manda y el cuerpo obedece. Si te dices a ti mismo “puedo hacerlo, estás tranquilo, concéntrate en lo que te da seguridad, siente la fuerza con la que respiras, la ligereza con la que corres, la potencia de tus piernas", estarás dirigiendo la atención hacia lo que tienes que sentir y hacer, fomentarás así la concentración y atención, y te estarás orientando al éxito. Recuerda, no puedes tener los pensamientos o dos idiomas a la vez en tu cerebro, o te diriges hacia lo que suma o te hablas en términos victimistas y derrotistas, verbalizando mensajes del tipo “no sé, tengo dudas, me siento cansado, no estoy fino…". Ninguna de estas ideas te aportará décimas, ni centímetros, al revés, provocará una bajada de la seguridad y confianza y sentirás que no mereces luchar por la medalla.

Puedes concentrarte en diferentes aspectos de tu competición. En tus movimientos: describe tu braceo, tu zancada, el giro, el salto. Mientras estés sintiendo qué hacer, mientras estás en el presente, no podrás estar a la vez pensando en el error.

También puedes focalizar la atención en las sensaciones físicas que te dan seguridad: la fuerza de tus músculos, el tipo de respiración que te oxigena, la ligereza con la que te deslizas al correr.

Y por último, elabora una lista con mensajes con garra y ambición, esos que te animan y te hacen crecer, y repítelos mientras entrenas y compites: “puedo llegar dónde siempre he soñado", “no permitiré que nada ni nadie me deje en el camino", “este es mi momento", “sin techo, sin límites", “voy con todo, como yo sé hacerlo", “puedo con este desafío"…

Y mucha suerte, es lo único que os puedo desear…lo demás lo lleváis ya puesto.