De princesa a runner

"Me llena de orgullo y satisfacción…" siempre he querido escribir algo que empezara así :-) Pues eso, me llena de orgullo y satisfacción haber convertido a mi hija en un principio de runner.

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"Me llena de orgullo y satisfacción…" siempre he querido escribir algo que empezara así :-) Pues eso, me llena de orgullo y satisfacción haber convertido a mi hija en un principio de runner.

Mi hija tiene 14, casi 15 años. Nunca ha querido correr, no le ha atraído lo más mínimo. La verdad es que a mí tampoco…hasta que me enganché. Carmen tiene esa edad en la que la gente hace comentarios del tipo “uh, la adolescencia, pues no te queda nada que pasar". Siempre me han llamado la atención estos comentarios, porque están relacionados con las expectativas. Si esperas cosas difíciles y complicadas de la adolescencia, lo más probable es que te las encuentres. Pero nunca me he planteado la adolescencia de mi hija así. Al revés. Está siendo una época genial en la que compartir un montón de confidencias de chicas, ver pelis románticas juntas, compartir los vaqueros con ella, contar batallas suyas y mías. Y ahora también compartimos una actividad maravillosa, correr.

Yo empecé a correr porque me dolía el manquito de rotadores al nadar. Empecé porque necesito estar activa y hacer deporte, y lo más sencillo y rápido era calzarme las zapatillas y las mallas y salir a dar vueltas por los parques de alrededor de casa. Y porque mi amor Andrés me animó y empezó a correr conmigo. Y mi espíritu competitivo me llevó a querer más y disfrutarlo mucho hasta engancharme. Hoy correr es una prioridad en mi vida. Y en la agenda ocupa un lugar innegociable como lo ocupa una conferencia o la sesión con un paciente.

Tanto disfruto y tan alto es el nivel de bienestar, que empecé a pedirle a mi hija que lo intentara, que le diera una oportunidad, que seguro que lo disfrutaría. Y le regalé el libro “Running para perezosas" que tantas veces he recomendado en la consulta. Es un libro divertido con un plan para iniciarse en el running.

Patricia Ramirez_9 (3)Y empezó. Tengo que decir que mi hija es fácil de llevar, con mucha personalidad, pero que no se cierra en banda y me escucha. Empezó al ritmo del libro. Y anoche, después de un sábado de trabajo y de viajes, en una maravillosa sobremesa con los cuatro niños y mi amor Andrés, me dijo, “¿Mamá, mañana salimos a correr, verdad?". Con mañana se refería al domingo. Fue un momento especial, porque no fui yo la que le pedí que lo hiciera, sino que salió de ella. Aquí, en secreto, sin que nadie nos oiga, ¡¡¡creo que le empieza a apasionar!!!

La idea de compartir esta afición que tanto disfruto con uno de los amores de mi vida, es de las mejores cosas que me podían haber pasado.

Me encanta correr sola, con mi perro, con Andrés, con mis dos amigas Yolanda y Raquel, y me encanta que ahora se una Carmen.

Las veces que hemos corrido juntas, su comentario al volver ha sido “qué bien me siento mamá, qué ducha me voy a pegar ahora". Y yo pienso, “¡¡Ésta empieza a estar tan a gusto y feliz como yo!!". Y eso me hace feliz.

Patricia Ramirez_9 (2)Así que en esta casa corre el perro, mi pareja, mi hija, la pequeña que es un todoterreno deportivo, Pableras apunta maneras y la jugadora de baloncesto que un día corre y otro va en bici. Es un gustazo disfrutar de los niños y de la familia en pequeñas actividades tan sencillas y tan gratificantes.

Quería compartir con vosotros esta sensación de plenitud. Si queréis ir enganchando a vuestros hijos a vuestro deporte, podéis seguir estos cinco consejos:


  • 1.    No les obligues nunca. El deporte es para disfrutarlo. Deja además que elijan el que más les atraiga.

  • 2.    Deja que ellos lo exploren. Dales material, un libro, un vídeo, despiértales la curiosidad sin presionarles.

  • 3.    Los hijos copian lo que los padres hacen. Si te ven disfrutar y pasarlo bien, lo más probable es que también lo quieran intentar.

  • 4.    Trata de que el deporte sea un modo de vida, una filosofía en casa, no un escenario en el que competir y sentirte con una obligación más. No pierdas nunca de vista la parte lúdica del deporte.

  • 5.    Pásalo bien con ellos, no les exijas ir más rápido ni lanzar más lejos ni ser más fuertes. Solo ríe, explora, intenta, prueba, pero nada más.


Animaros, primero vosotros y luego contagiad a los que más queréis con esta fuente de endorfinas. Mi princesa ahora es una runner.