En este momento en el que la moda del trail nos ha llevado a una saturación de pruebas, en la que prácticamente todas las semanas puedes encontrar una prueba cerca de tu casa, la aparición de nuevas modalidades como el Snowcross de Leitariegos, o Snowrunning como se denomina en Candanchu, Sierra Nevada…, representan una bocanada de aire fresco.
Esta modalidad consiste en una carrera a pie a través de una estación de esquí. Normalmente no acumulan muchos kilómetros, aunque si un alto desnivel, lo que las convierte en una dura prueba de muy alta intensidad.
Una de sus principales características es el uso obligatorio de crampones de running, puesto que al correr por una pista de esquí, la nieve suele estar pisada y en ocasiones dura o con hielo. Si a esto le añadimos la gran inclinación de las pistas, se hace imprescindible el uso de estos tanto para subir como para bajar.
Estos crampones se diferencian de los tradicionales de alpinismo en varias cosas; se adaptan a la zapatilla con un sistema de gomas, en lugar de las correas de los de montaña. El crampón tradicional tiene una base rígida de metal, mientras que el de correr utiliza un sistema de cadenas mas ligero. Por último, las puntas son más cortas que las tradicionales. Todo ello lo convierte en un crampón mucho más ligero, pero que por supuesto, nunca podrá sustituir al tradicional en una actividad alpina puesto que es mucho más inestable.
Poco a poco se empieza a aumentar la oferta de este producto: CLIMBING TECHNOLOGY ICE TRACTION, RAIDLIGHT YAKTRAX PRO, CAMP ICE MASTER… con precios que oscilan entre los 15 y los 40 euros aproximadamente.

Otra característica importante es la hora de salida, ya que se comienza al atardecer ya que hay que esperar a que la estación finalice la jornada de esquí para dar paso a la carrera. Esto conlleva el uso obligatorio de frontal a lo que añadimos el lujo de el poder disfrutar de un espectacular atardecer en la montaña en mitad de la prueba.
Con respecto a la ropa, es obligatorio el uso de malla y camiseta larga, además de guantes, ya que las temperaturas en una estación de esquí al anochecer suelen ser heladoras. Además, el uso de ropa larga evitará quemaduras en la nieve a causa de una muy posible caída.
A continuación me gustaría mostraros la crónica de mi pupilo Diego Navas en el Snowcross de Leitariegos donde debutó en esta interesante disciplina y nos lo cuenta en primera persona:
La prueba de Leitariegos fue organizada por Ludario Álvarez y Lolo Diez, también impulsor de otras carreras tan conocidas como Alto Sil, o hasta hace poco Ancares 3 trails. El Snowcross Leitariegos con sus 10 km y 1000m de desnivel positivo, se ha convertido en su primera edición, en una de las carreras más divertidas de la zona. Para la gran mayoría de los participantes era la primera vez que corríamos una carrera de estas características, e incluso para algunos, la primera vez que se calzaban unos crampones de running, por lo que aprovechamos el calentamiento hasta la última llamada de los jueces de salida.
Pum!!, todos a correr y en apenas treinta segundos de carrera te encuentras subiendo la pista de Abedules, la cual, con su más de 40% de desnivel, se convierte en un autentico muro que rápidamente coloca a cada uno en su sitio. Después la pendiente suaviza, para seguir subiendo hasta la cima de la estación a 1800 metros. En este momento la temperatura debía ser muy baja, porque se notaba el frio entrando hasta los pulmones en cada bocanada de aire. En este momento el sol estaba desapareciendo y las montañas de enfrente se iluminaban con tonos naranjas y rojizos, lo que te obliga a relajarte y disfrutar de esta espectacular puesta de sol, no todo va ser correr. En esa fase de crepúsculo entre el día y la noche nos presentamos en el Tubo, la bajada más dura de la prueba, la cual impresiona cuando lo bajas esquiando, y te quita el hipo cuando quieres correr hacia abajo lo más rápido que puedas. Estoy seguro que esta carrera como todas, la gana el más fuerte, pero el que sabe bajar, es valiente o esté más loco, gana un tiempo bajando que es difícil de recuperar. Y así, cuesta para arriba, cuesta para abajo, nos pilló la noche y pudimos disfrutar la experiencia de correr de noche por la nieve con un firme relativamente seguro.
Poco a poco fuimos llegando a la meta, entre la hora escasa de Alfredo Gil y las casi dos horas de los últimos valientes. Mis sensaciones al acabar fueron de total satisfacción, lo había dado todo subiendo, había sentido el frío dentro de mi cuerpo en las partes altas de la estación y había disfrutado como un enano en las bajadas. Todo ello sin olvidar la belleza del atardecer, la buena organización de la prueba y los continuos ánimos del público y los trabajadores de la estación. Para finalizar la jornada, la organización había preparado una cena en Villablino para corredores y acompañantes, lo que nos permitió contar nuestras pequeñas batallitas de la carrera a nuestros compañeros.
Si tienes ocasión no lo dudes y prueba esta modalidad del trail que ha llegado para quedarse.
