No han arrancado los Juegos pero ya tenemos una medalla de oro más que merecida. Sin duda, la nadadora siria Yusra Mardini se lleva la medalla de oro a la solidaridad. Difícil que nadie pueda representar mejor los valores del deporta que esta chica de 17 años que es una verdadera heroína. Lo demostró haciendo lo que mejor sabe hacer, nadar, y muy lejos de la piscina.
Junto a su hermana Yusra viajaba el mes de agosto del año pasado en una pequeña lancha llena de gente cruzando el Mar Egeo para lograr el sueño de dejar la guerra y disfrutar de esa idealizada vida en Europa. Pero el motor de aquella pequeña embarcación se paró. La mayoría de los 20 que iban en la lancha no sabían nadar; se hundirían con el bote.
Pero Yusra no se quedó con los brazos cruzados. No lo dudó y se lanzó al mar. Rápidamente la siguió su hermana Sarah. Hijas de un entrenador de natación, las dos eran expertas nadadoras (Yusra de hecho había competido en los Mundiales de 2012). Las hermanas comenzaron a mover las piernas de manera sincronizada para empujar el bote. Otros dos pasajeros siguieron su ejemplo y se tiraron al mar. Los cuatro remolcaron la lancha hacia las costas de Europa y, tres horas y media después, alcanzaron tierra. Estaban en la isla de Lesbos (Grecia) y, lo más importante, todos vivos.
“Tenía muy claro que si me iba a ahogar, lo haría sintiéndome orgullosa y de mí y de mi hermana", cuenta Yusra que hará realidad el sueño de ser olímpica bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional formando parte del equipo de refugiados compuesto por 10 deportistas (ella será la abanderada y desfilará justo antes que Brasil, equipo anfitrión).
Esto ha sido posible porque aunque sin zapatos (perdidos en la larga travesía) las dos hermanas emprendieron la ruta de los Balcanes hasta llegar a Berlín dónde pudieron entrenar con el club Wasserfreunde Spandau 04.
“Voy a hacer que se sientan orgullosos. Quiero representar a todos los refugiados porque quiero mostrar al mundo que, tras el dolor, tras la tormenta, llega la calma. Quiero inspirarles a hacer algo bueno en sus vidas, que no se rindan a la hora de perseguir sus sueños y que hagan lo que les dicte su corazón. Incluso si es imposible, incluso si no tienen las condiciones necesarias para lograrlo, nunca se sabe qué pasará y hay que seguir intentándolo. Quizás tengas una oportunidad como yo la tuve. O quizás tú construyas tu propia oportunidad", dijo en su rueda de prensa en Río.
"No hablamos el mismo idioma y procedemos de distintos países, pero la bandera olímpica nos une y ahora representamos a 60 millones de personas de todo el mundo. Queremos dar lo mejor de nosotros para demostrar a todo el mundo que podemos ser buenos atletas y buenas personas", dijo en rueda de prensa en Río.
El lema de Yusra, “Somos cuerpos sin almas cuando olvidamos nuestros sueños", representa el espíritu olímpico en estos tiempos modernos, un rayo de esperanza para unos juegos que nacen amenazados por el doping que no cesa.
La primera medalla de oro de los Juegos: la nadadora siria que salvó a 20 personas de ahogarse
No han arrancado los Juegos pero ya tenemos una medalla de oro más que merecida. Sin duda, la nadadora siria Yusra Mardini se lleva la medalla de oro a la solidaridad. Difícil que nadie pueda representar mejor los valores del deporta que esta chica de 17 años que es una verdadera heroína. Lo demostró haciendo lo que mejor sabe hacer, nadar, y muy lejos de la piscina.