¿Acabar antes el colegio por miedo a los bárbaros del fútbol?

"No se puede venir al fútbol a hacer el gilipollas como han venido esos imbéciles, a lanzar cosas y hacer daño".

La grada vacía por culpa de los bestias del belgas que lanzaban de todo desde la parte superior tras romper la protección
La grada vacía por culpa de los bestias del belgas que lanzaban de todo desde la parte superior tras romper la protección

Algo no funciona en nuestra sociedad cuando se decide tomar la medida de acabar antes el colegio para proteger a los niños de la llegada de una afición de un club de fútbol a la ciudad. Esto ocurrió el jueves en San Sebastián, donde se tomó esta medida y la de anular las actividades extraescolares por temor a los hinchas del equipo belga del Anderletch que iba a jugar por la noche partido de la Europa League frente a la Real Sociedad.

Y el temor era realmente fundado porque, una vez en el estadio, los bárbaros que usan el fútbol para sacar la violencia que llevan dentro, destrozaron la valla de protección que les separa de la afición local y empezaron a tirar abajo (donde parte del público eran niños) trozos de asientos que habían destrozado. Muchos espectadores decidieron marcharse a casa para preservar su integridad.

Para indignación de los jugadores de la Real Sociedad, el partido en ningún momento fue detenido por el árbitro pese a que se lo solicitaron. Como decía el capitán del equipo donostiarra, Mikel Oyarzabal, “He ido a donde nuestro delegado del campo y al de la UEFA diciéndole que lo tenia que parar. Me ha dado la razón, pero no era decisión suya, si no de otra persona de la UEFA que estaba en el palco. Sabiendo que vienen quienes vienen, se pueden tomar otras medidas. No se puede venir al fútbol a hacer el gilipollas como han venido esos imbéciles, a lanzar cosas y hacer daño".

Mi opinión es que nunca más la vida ordinaria de los habitantes de una ciudad, y más aún la de los niños y de su educación, puede ser alterada por miedo a una hinchada. Si no les puede prohibir que viajen, que se le aisle en la parte más solitaria de la ciudad (a poder ser cerca del vertedero dónde estarán como en casa) y se les lleve escoltados al partido.

Lástima que un deporte como el fútbol se lo estén apropiando los vándalos.