Dopaje capitalista

Una vez más el dopaje aparece detrás de una carrera de éxitos deportivos. Virginia Berasategi confesó que se dopó para la disputa del Triatlón de Bilbao del pasado 18 de mayo, justo en la prueba que marcaba punto y final a su carrera deportiva.

Domingo Sánchez

Dopaje capitalista
Dopaje capitalista

Es un debate infértil, doparse es hacer trampas, es ilegal y sobre todo indigno y representa una falta de respeto hacia competidores y seguidores. No quería meter más el dedo en la llaga, creo que Virginia dentro de su situación al menos ha sido responsable ante esta situación y se ha sincerado pidiendo disculpas.

Pero de todo el discurso lleno de vómitos sinceros y arrepentidos dejó caer la causa que está detrás de estas situaciones límites. En su comparecencia Virginia declaró lo siguiente; "desde hace más de un año, no estoy bien. Mi cuerpo está destrozado por numerosas lesiones y mi mente rota por los sacrificios y la exigencia que acarrea este deporte"

Esta dinámica de exigencia física y mental arrastra al deportista a un esfuerzo físico sobrehumano, más lejos, más kilómetros, más duros, más competiciones… es espectáculo está servido. El deportista no es más que un juguete a disposición del sistema capitalista que lo amortizará todo lo posible. En cierta forma es el sistema el que empuja en muchas situaciones a caer en el dopaje, el Tour es una prueba inhumana, las rutinas de gimnasia deportiva son cada vez más espectaculares, las carreras se hacen cada vez en situaciones más extremas… solo saliendo de los límites humanos se pueden superar esas exigencias ¿Cuál será el siguiente paso?

Dopaje capitalista

En la película “Jerry Magire", Tom Cruise interpreta a un agente de deportistas en la que su vida es perfecta hasta el día en el que se da cuenta de la importancia que tienen las personas sobre el dinero. Esta es la cruda realidad, los deportistas de élite de hoy son los gladiadores del pasado, se ha generado un circo y espectáculo donde el último en decidir es el deportista, por encima de sus necesidades están los intereses de publicidad, comisiones de agentes, contratos de televisión, presión mediática, sponsors y patrocinadores… una espiral de hacer negocio alrededor de los éxitos deportivos y convertir al deportista en una máquina de generar beneficios.

Hoy en día también resuena la lesión en la rodilla de Rafa Nadal, una consecuencia de la gran exigencia que tiene su vida deportiva. El deportista debe elegir entre tener una vida deportiva saludable o un éxito efímero a costa de seguir en la élite con el pagando el precio de numerosas lesiones. Las lesiones físicas, hoy en día, la mayoría de ellas se solucionan, pero las secuelas emocionales, frustraciones y caídas del olimpo a la vida cotidiana y amateur en muchos casos no se recuperan. Y para esta situación no hay ni tan siquiera un dopaje para sobrevivir a la dura realidad sin sponsors, sin agente, sin publicidad… sin éxito

Dopaje capitalista

Independientemente de su acción antideportiva, vi en Virginia la imagen de un “juguete roto del deporte", un producto caducado o defectuoso. Todas las ayudas aparecen para triunfar, todos los medios para ser mejor se ponen a su disposición, se les prepara psicológicamente para ser los mejores, pero todo desaparece en punto álgido, cuando comienza la caída todas las ayudas desaparecen y en el caso de Virginia, Armstrong y muchos otros se hace leña del árbol caído, es el último provecho mediático y rentable que se puede hacer de lo que un día fue un modelo a seguir y orgullo nacional.

El deporte debe ser siempre un medio, no una finalidad. Los valores del deporte se encuentran mejor representados en los practicantes amateur que en los deportistas de élite.