Buscando la receta

Una vez más, en uno de mis seminarios, aparecen las clásicas preguntas de los asistentes que insisten en saber los contenidos ideales y carga perfecta para conseguir un objetivo; intensidad, frecuencia, tiempo, recuperación, etc. Se sigue buscando esa “receta" que a modo de solución definitiva consiga alcanzar el objetivo planteado de una forma efectiva y con garantías de éxito.

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Buscando la receta
Buscando la receta

Una vez más, en uno de mis seminarios, aparecen las clásicas preguntas de los asistentes que insisten en saber los contenidos ideales y carga perfecta para conseguir un objetivo; intensidad, frecuencia, tiempo, recuperación, etc. Se sigue buscando esa “receta" que a modo de solución definitiva consiga alcanzar el objetivo planteado de una forma efectiva y con garantías de éxito.

Lo cierto es que entiendo perfectamente esta forma de pensar y proceder. Tradicionalmente (y me incluyo personalmente) nos han educado y formado a base de “recetas", una para cada objetivo, parece ser que todo estaba muy definido y estudiado. Pero la realidad me ha hecho comprender que no existen recetas efectivas, que no hay métodos infalibles, que algo tan complejo, multidisciplinar y personal como es hacer ejercicio físico, no puede resumirse en una simple receta de entrenamiento.

Buscamos el mejor ejercicio para el pectoral, la frecuencia cardiaca óptima para quemar grasa, la dieta ideal para estar definido, el tiempo necesario para recuperarse, etc. Os puedo asegurar que si alguien es capaz de proporcionaros cualquiera de estos datos, es porque… no tiene muchos conocimientos. A medida que tangas más información, te darás cuenta de que mas difícil es obtener el dato preciso, la solución única, el parámetro ideal, te darás cuenta de que hay tantas posibles recetas como situaciones particulares.

Siempre intento transmitir en mis formaciones que nunca podré darles una receta, primero por que no existe y segundo, porque el objetivo de toda formación (al menos para mi) es que cada asistente obtenga los conocimientos y recursos necesarios para poder elaborar su propia receta. Si todo fuera tan sencillo, bastaría tener un libro de recetas. Al igual que sucede en la cocina, todo cambia; cada vez aparecen nuevas tendencias, se utilizan nuevos ingredientes, se fusionan más alimentos, etc.

Imagínate que vas a un curso de cocina con un famoso cocinero y tan solo se limita a darte recetas, ¿no seria mejor que te enseñase a combinar alimentos, a interpretar el grado ideal de cocción, a interpretar los sabores? En el campo de la actividad física sucede algo muy similar, están los instructores que se limitan a seguir una receta y están los que a partir de unas recetas pueden adaptarse a nuevas situaciones variando los componentes.

Por otra parte, una receta perfecta es como un plato muy sabroso, está muy bien pero… ¿vas a comer siempre lo mismo? Seguro que no, entonces ¿Por qué entrenar siempre con el mismo método, FC o ejercicios? Una correcta planificación nos obliga a cambiar las cargas, progresar en los ejercicios, interactuar con los componentes y cualidades dependiendo de adaptaciones, alimentación, subojetivos, etc.

Y ahora… porque no en vez de perder más tiempo buscando una receta que no existe, comienzas a cocinar.