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La postura de la Paloma o Kapotasana, alivia la tensión de las rodillas al alargar los flexores de la cadera, los glúteos y especialmente el músculo piriforme o piramidal, ya que todos ellos pueden ponerse tensos con la repetición de ciertos movimientos o el estrés.
Esta postura también estira los músculos de la región inguinal, que es un punto de gran vulnerabilidad para cualquier deportista.
Puntos esenciales:
• Las caderas tienen que estar siempre paralelas al suelo
• Mantén la espalda recta
• La pierna trasera extendida y activada
• Baja las costillas hacia el suelo
Para construir la postura:
Arrodíllate y lleva una pierna doblada delante del cuerpo. Lleva la otra pierna estirada hacia atrás. Apoya las manos en el suelo a ambos lados del cuerpo mientras vas colocando el cuerpo, llevando la ingle hacia el suelo. Activa la pierna de atrás y contráe el glúteo para evitar que la rodilla se bloquee. Mantén durante unas cuantas respiraciones, y cambia de pierna.
Nosotros te dejamos tres niveles de la postura, para que vayas avanzando cuando te sientas más fuerte.
FÁCIL - MEDIO
AVANZADO
INCORRECTO
Un fallo muy frecuente que cometen muchos principiantes es dejar caer el cuerpo hacia un lado desactivando así completamente el estiramiento en varios niveles. Por eso, mantén siempre las caderas paralelas al suelo durante todo el tiempo que mantengas la postura de la paloma.
CONTRAINDICACIONES
No realices esta postura si tienes:
- Lesiones graves de cuello, espalda o en la región sacroilíaca.
- Lesiones en el tobillo o rodilla.
- Presión arterial baja o alta.