Un ictus cerebral es una enfermedad que afecta al riego sanguíneo en el cerebro. Suele ser más habitual en personas mayores, aunque nadie está exento de sufrirlo.
Prevenir el ictus cerebral puede ser posible si tratamos de cuidarnos y controlar nuestra salud y nuestro estilo de vida.
¿Cuáles son los factores de riesgo asociados al ictus cerebral?
Según la Federación Española del Ictus, aproximadamente un 80% de los ictus cerebrales se podrían evitar controlando los factores de riesgo.
La edad puede ser un factor de riesgo claro, además de la predisposición genética, pero hay muchos más. Por ejemplo, el alcoholismo, la diabetes, el colesterol, la obesidad, el tabaquismo o el sedentarismo son algunos de los desencadenantes que están en nuestra mano corregir.
Cómo prevenir el ictus cerebral
Hay algunas acciones que podemos hacer y que nos pueden ayudar a prevenir un ictus cerebral o al menos reducir el riesgo que tenemos de sufrirlo.
La dieta es fundamental en estos casos. Una dieta saludable, variada, baja en grasa y con poca sal es el mejor tipo de alimentación que podemos seguir para evitar esta y otras enfermedades.
Además de comer bien, también influye tener un estilo de vida saludable: no fumar, no beber y hacer ejercicio son los tres pilares básicos para tener una buena salud. Si evitamos el sedentarismo, controlamos nuestro peso y nos mantenemos alejados de sustancias nocivas como el tabaco o el alcohol, tendremos mucho ganado.
El estrés es otro de los grandes enemigos de nuestra salud. Eleva la tensión, nos produce dolor de cabeza, nos hace descansar peor y puede afectar al metabolismo, entre otros. Además, también está relacionado con problemas más graves, como un infarto o un ictus cerebral.
Por último, tener al día nuestros chequeos médicos (análisis de sangre, control de pulso y tensión, niveles de azúcar…) nos puede ayudar también a prevenir un ictus cerebral.
