Relación perímetro abdominal con problemas de corazón

El perímetro de cintura es una sencilla prueba más importante que el IMC para medir la grasa abdominal y, por tanto, el riesgo cardiovascular.

Redacción Sport Life

Relación perímetro abdominal con problemas de corazón
Relación perímetro abdominal con problemas de corazón

El perímetro de cintura o abdominal es la medición de la distancia alrededor del abdomen en un punto concreto, que suele ser el ombligo, para conocer la grasa acumulada en la zona.

Basta con una cinta de medir para conocer el número de centímetros exactos, que no debe ser superior a 88 en el caso de las mujeres y a 102 en el de los hombres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se trata de una sencilla prueba pero, siendo más importante que el índice de masa corporal (IMC), está menos valorada. Y los especialistas recuerdan: la grasa acumulada es un factor de riesgo cardiovascular más grave que el exceso de peso. 

Las enfermedades cardiovasculares son las que más preocupan a las personas que sufren obesidad, de acuerdo con la “Encuesta sobre el conocimiento de los españoles en torno a la obesidad”, con más de 3.000 participantes y promovida por Novo Nordisk. Sin embargo, entienden que el IMC es el indicador para conocer este factor de riesgo.

Lo que está relacionado con los problemas cardiovasculares es la acumulación de grasa abdominal. Si esta aumenta, lo hace también la mortalidad y el peor pronóstico.

En este punto, la especialista ha advertido que personas que aparentemente son delgadas pueden presentar un elevado perímetro abdominal, por lo que “su riesgo cardiovascular es tanto como si tuvieran obesidad”. 

El impacto del peso y el aspecto cardiovascular en determinadas etapas de la vida de la mujer, como la menopausia. Si bien solo el 5% de las encuestadas respondió que el efecto que más asocia con la menopausia es un mayor riesgo cardiovascular, por detrás de los sofocos (49%), el aumento de peso (30%) y los cambios en el estado de ánimo (16%), la experta aclara que “en la mujer, y concretamente en el periodo de la menopausia, se produce una caída en los niveles de estrógenos (encargados de repartir la acumulación de grasa) que, entre otras cosas, pueden contribuir a una ganancia de grasa abdominal”.

Uno de los temas que se ha abordado en el XX Congreso de la SEEDO, celebrado entre los días 27 y 29 de noviembre en Santiago de Compostela, ha sido el impacto de la obesidad y el sobrepeso en Atención Primaria (AP). En este sentido, han llamado la atención varios datos, como que el 35% de los pacientes que acuden a la consulta sufren obesidad, tasa que asciende hasta el 55,6% si se considera la obesidad abdominal medida mediante perímetro de cintura. 

En cuanto a las herramientas disponibles en los centros de salud para hacer frente a la obesidad, José Manuel Fernández García, médico de Familia y coordinador del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ha coincidido en que el IMC no es suficiente: “No es lo único que hay que medir en estos pacientes. Aunque esta medida nos puede ayudar a comparar estudios y determinar comorbilidades, sabemos que, si se añade la medición del perímetro de cintura (o el índice cintura-cadera o cintura-altura), vamos a obtener una mayor correlación con el riesgo cardiovascular del paciente y nos permite valorar mejor la intensidad y objetivo de pérdida de peso para mejorar su salud”

Sin embargo, según advierte, “generalmente no disponemos de herramientas de valoración de la adiposidad, como la bioimpedanciometría, y deberíamos estudiar en profundidad el papel que tiene la ecografía para adoptar medidas más adecuadas a cada paciente”.

En qué consiste la ecografía del tejido adiposo

La ecografía del tejido adiposo es un método que puede realizarse en la propia visita, sin necesidad de ser derivado a otro especialista. No irradia y es mucho más económico que un TAC o una resonancia. Además, se puede repetir tantas veces como queramos, permitiendo valorar la evolución del paciente en el tiempo, ha destacado en el Congreso de la SEEDO Guillem Cuatrecasas, director de CP Endocrinología SLP (Barcelona). Pero, sobre todo, ha continuado, es la única que aporta una imagen medible de cinco capas de grasa abdominal, perfectamente separadas y cada una de ellas con diferentes funciones fisiológicas.

Esto es especialmente importante si se sabe, por ejemplo, que la grasa que rodea los riñones tiene impacto en la hipertensión arterial del paciente con obesidad, mientras que la grasa alrededor de la aorta abdominal tiene importantes repercusiones cardiovasculares. Por eso, “la obesidad no es un problema de peso, sino de exceso de grasa corporal y, sobre todo, de dónde está acumulada esta grasa corporal”, ha destacado también el experto.

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