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La monitorización continua de la glucosa (CGM) ha ganado popularidad no solo entre las personas con diabetes, sino también entre atletas y personas activas que buscan maximizar su rendimiento deportivo y mejorar su salud metabólica.
Esta tecnología permite evaluar en tiempo real cómo varían los niveles de glucosa en respuesta a la alimentación, el ejercicio y el sueño, proporcionando información valiosa para ajustar la nutrición y el entrenamiento de manera más precisa y efectiva.
La glucosa es una fuente clave de energía para los músculos y el sistema nervioso central durante el ejercicio. Mantener niveles adecuados de glucosa en sangre es esencial para evitar la fatiga y mejorar el rendimiento deportivo.
Sin embargo, actividades de resistencia como correr maratones, triatlones o pruebas ciclistas de larga duración, pueden causar descensos bruscos en los niveles de glucosa, lo que lleva a hipoglucemia y un rendimiento reducido.
¿Qué es la monitorización continua de la glucosa y cómo funciona?
La CGM utiliza un sensor subcutáneo que mide continuamente la glucosa en el líquido intersticial.
Estos dispositivos proporcionan lecturas constantes cada 1 a 15 minutos y permiten etiquetar eventos como comidas, ejercicios y sueño, lo que ayuda a identificar patrones glucémicos individuales.
Estos datos se envían a un dispositivo receptor o a una aplicación móvil, lo que permite al usuario ver en tiempo real las fluctuaciones de la glucosa. A diferencia de los medidores tradicionales de punción en el dedo, la CGM ofrece una visión continua, ayudando a detectar patrones y tendencias que podrían pasar desapercibidos con mediciones puntuales.
La tecnología de CGM no solo mide los niveles de glucosa, sino que también permite establecer alertas personalizadas. Por ejemplo, un atleta puede programar el dispositivo para que emita una alarma si sus niveles de glucosa bajan de un umbral específico, ayudándole a evitar episodios de hipoglucemia durante el ejercicio.
¿Son precisos los monitores continuos de glucosa en deportistas no diabéticos?
En personas con diabetes, la precisión de los CGM ha mejorado significativamente en los últimos años, logrando un margen de error reducido.
Sin embargo, en personas sin alteraciones metabólicas, la precisión puede variar, especialmente en situaciones de ejercicio intenso. Durante la actividad física, los cambios rápidos en la glucosa sanguínea pueden no reflejarse de inmediato en el líquido intersticial, que es lo que mide el sensor. Esto puede llevar a un pequeño retraso en las lecturas, lo que podría ser un inconveniente en deportes de alta intensidad o en actividades prolongadas.
Otra consideración es que muchos de los CGM están calibrados principalmente para rangos de glucosa relevantes para la diabetes. Las personas sin diabetes suelen tener niveles de glucosa más estables y bajos, lo que podría afectar la precisión del dispositivo en el extremo inferior del rango.
Por ello, es recomendable utilizar la CGM como una herramienta complementaria, combinando sus lecturas con el sentido común y la experiencia personal del atleta.

Dr. J López Chicharro, catedrático de la UCM, director médico de la Clínica OYTU (www.oytu.es), donde entendemos la importancia de controlar la glucemia en el ámbito de la salud y el rendimiento, y ofrecemos este servicio personalizado con años de experiencia.
