Amlodipina
- Pacientes con hipertensión deben tener precaución al combinar café y Amlodipina, un medicamento para la presión arterial.
- Según revela un estudio titulado 'El efecto del café sobre las propiedades farmacocinéticas de los fármacos: una revisión', la combinación de esta bebida con el medicamento no solo eleva la frecuencia cardíaca, sino que también podría comprometer su eficacia.
Anticonceptivos
- Las píldoras anticonceptivas, que contienen etinilestradiol, levonorgestrel o noretindrona entre otros, pueden afectar el metabolismo si los combinamos con la cafeína del café.
- Por lo que es recomendable consultar con nuestro médico antes de combinar estos productos, ya que puede provocar nerviosismo, dolores de cabeza y un ritmo cardíaco acelerado, entre otros problemas.
Efedrina
- Un estimulante que se utiliza comúnmente para tratar problemas respiratorios, con la cafeína del café puede ser peligrosa.
- Su combinación podría tener efectos indeseados como: presión arterial alta, ataques cardíacos, derrames cerebrales y convulsiones.
Leptosique
- Los medicamentos psiquiátricos buscan estabilizar la mente, pero la cafeína del café contradice este propósito.
- Los taninos en la bebida también obstaculizan la absorción de químicos.
- Por lo que se recomienda evitar el café al tomar estos medicamentos o esperar dos horas para ingerirlo.
Levotiroxina
- Un medicamento recetado para tratar problemas derivados de la tiroides, puede ver comprometida su absorción si se toma con café, según el National Health Service de Reino Unido.
- Por tanto, es esencial evitar su combinación para garantizar el funcionamiento del medicamento.
Salbutamol
- Los asmáticos deben tener cuidado al mezclar Salbutamol y café, ya que ambos pueden aumentar la frecuencia cardíaca, lo que podría poner en riesgo la salud del corazón.
- Afortunadamente, después de una hora tras tomar el medicamento, el riesgo disminuye.
- Medicamentos, como la teofilina, también están contraindicados al mezclarlos con café.
Por tanto, es de vital importancia que, antes de disfrutar una deliciosa taza de café, consideremos las interacciones con los medicamentos que debamos consumir. La clave es ser prudente y, en caso de duda, consultar con un profesional de la salud.