Dos patentes españolas ponen la genética al servicio de la salud pública y el deporte de élite
El investigador de la Universidad Francisco de Vitoria, David Varillas, propone que hacerse un test genético sea tan habitual como tomarse la tensión
Un simple tubo de saliva podría evitar miles de lesiones deportivas y detectar a tiempo riesgos como la hipertensión, la obesidad o incluso la muerte súbita antes de los 40 años.
Esta es la propuesta de David Varillas, profesor e investigador de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), que acaba de recibir dos patentes pioneras para aplicar la genética al rendimiento físico y la prevención médica.
En palabras de David Varillas: “Hacer un test genético debería ser tan común y esencial como tomarse la tensión. La diferencia es que solo necesitas hacerlo una vez en la vida, pero sus beneficios pueden durar décadas”.
La genética como arma preventiva
Las patentes – Marcadores de rendimiento muscular y Marcadores de eficiencia metabólica – permiten analizar hasta 5.000 variantes genéticas con una simple muestra de saliva, frente a las 200 que ofrecen otras soluciones comerciales.
Los resultados facilitan recomendaciones prácticas para personalizar entrenamientos, prevenir lesiones, adaptar la nutrición y evitar efectos adversos de suplementos. “Con un perfil genético claro, se pueden prevenir problemas antes de que aparezcan los primeros síntomas”, comenta el experto.
De los vestuarios de élite a la atención primaria
La tecnología ya se aplica en clubes y atletas de élite, como futbolistas del FC Barcelona y el Athletic Club, o ciclistas del Movistar Team. Sin embargo, el investigador insiste en que su mayor potencial está en la sanidad pública.
“En atención primaria podríamos detectar de forma precoz riesgos como la obesidad, la hipertensión o la predisposición a enfermedades cardiovasculares, reduciendo la carga del sistema sanitario”, explica.
Una oportunidad para la medicina personalizada
El coste de secuenciar el genoma es hoy similar al de una resonancia magnética. El reto ya no es el acceso, sino la interpretación de los datos. Las patentes de Varillas lo resuelven traduciendo la información genética en indicadores claros para médicos, entrenadores y nutricionistas.
“Ese 10% del rendimiento ligado a la genética puede ser la diferencia entre ganar una medalla o quedarse fuera del podio… y en salud, puede ser la diferencia entre enfermar o mantenerse sano”, concluye.
Información facilitada por la Universidad Francisco de Vitoria