- Hago de todo y siempre tengo hambre.
Intentas hacer 5 comidas al día, llenarte con alimentos de bajo índice glucémico, ricos en fibra y proteína saciante y bajos en azúcares, desayunas bien, no vas a la compra con el estómago vacío, te tomas una infusión cada vez que tienes hambre y cuentas hasta 3 antes de atacar la nevera… pero de nada te sirve, siempre tienes hambre, tu mente piensa en comida constantemente y no sabes que hacer. Nuestro consejo es que analices bien si tienes hambre o ansiedad, con estos tiempos de estrés es difícil no relacionar la comida con el bienestar emocional, y al no ser que tu hambre se traduzca en ruidos de tripa y debilidad, lo que tengas es "ansia por picotear". Si es así debes reeducar tu mente, alterar la relación que tienes con los alimentos, ayudarte con infusiones relajantes, deporte desestresante y terapia si el caso es grave.
También puedes probar a beber agua o infusiones, en muchos casos confundimos la sensación de hambre con la de sed, por ejemplo cuando llegas de correr una hora y estás deshidratado, tu mente te pide algo salado, pero en realidad tu cuerpo necesita agua y sales, si te hidratas bien antes, durante y después no te pasará.
- Hago de todo pero no tengo energía
Comes bien, duermes 8 horas, entrenas 5 días a la semana y descansas 2 días y tomas un suplemento de vitaminas y minerales, pero cada día vas peor y no sabes qué te pasa. Ve a tu médico, puedes tener un problema de salud tan habitual como anemia o una infección vírica, y es mejor quedarse tranquilo. Una vez que sabes que todo está bien, piensa que estás comiendo, a veces la falta de energía se debe a intolerancias alimentarias, puedes tener celiaquía y tendrás que eliminar los alimentos con gluten como le paso a Jokovic cuando descubrió que sus problemas venían por su intolerancia al gluten; o puedes tener un problema con la leche y basta eliminar los lácteos para volver a sentirte bien. Revisa tu dieta, apunta cada día lo que comes y tus sensaciones, si ves que hay alimentos que te dan un mal día, elíminalos para probar si recuperas la vitalidad, o hazte pruebas de alergia y de intolerancia alimentaria para comprobar lo que puedes comer o no.
Recupera la energía con alimentos nutritivos, preferiblemente verduras y frutas de temporada, alimentos ecológicos e infusiones naturales, no recurras a los estimulantes como la cafeína para despertar tu energía, es un recurso a corto plazo que sobrecarga tus sistemas vitales y termina desgastándote más. También revisa como estas entrenando. Si tu entrenamiento es una hora de series cada vez que te pones las zapatillas, o estás entrenando con un grupo ciclista que te lleva a rastras por los puertos… es normal que no te recuperes bien, especialmente cuando vas cumpliendo años. Adapta el entrenamiento a tu edad y a tus sensaciones, si no puedes correr al ritmo de tus 20 años, no pasa nada, corre al ritmo de tus 30, 40, 50…
- Hago de todo pero me constipo constantemente
Evitas las corrientes de aire, tomas suplementos ricos en vitamina C, leches con fermentos para el sistema inmunitario, bebes agua, te lavas las manos, evitas el contacto con personas enfermas… pero nada te vale, pillas todo virus o bacteria que pase cerca de ti. Los estudios científicos dicen que las personas que no se ponen nunca enfermas son las que tienen más contacto con las infecciones, por ejemplo los hermanos más pequeños suelen tener un sistema inmunológico más potente que los hermanos mayores, y los profesionales sanitarios también.
Si tu sistemas de defensas están sanos, sabrán hacer frente a la infección, y para conseguirlo, sigue una dieta equilibrada con alimentos naturales, evita tomar antibióticos si no te los recetan, acaba la ducha con agua fría para prepararte para los cambios de estación y sobre todo duerme entre 7 y 8 horas, está demostrado que las personas con falta de sueño son mucho más propensas a enfermar, prueba unos meses a dormir una hora más al día y te sorprenderás cuando te olvides del pañuelo.