Paul Anderson fue un mítico levantador de peso que gozó de bastante popularidad a mediados del siglo pasado, fue campeón olímpico en Melbourne 1956 e ideó esta variación tan exigente del squat llevando su nombre. Si la haces, ¡seguro que te acuerdas de él, o incluso hasta de su santa madre!
A diferencia del squat convencional, el movimiento se inicia desde el punto más bajo con las piernas y cadera flexionada, se suelen utilizar dos cajones a los lados para descansar los discos, ya que en cada repetición se realiza una parada muy corta de 1-2 segundos.
El objetivo es eliminar cualquier aporte de la inercia además de comenzar el movimiento en el punto más crítico de eficacia. Supone un auténtico reto para los músculos de las piernas. La puedes realizar con la ayuda de dos cajones laterales para apoyar los discos, o bien en apoyo sobre los soportes de seguridad del rack apoyando la barra.