Probamos el Fitbit Charge 2

Su experiencia en monitores de actividad es larga y eso se nota en la cantidad de detalles que muestran y que se han cuidado con mimo.

Juanma Montero

Probamos el Fitbit Charge 2
Probamos el Fitbit Charge 2

A su acelerómetro se une un sensor de pulsaciones de muñeca y un sensor barométrico que registra la altura que asciendes (y la traduce a pisos como magnitud fácil de entender). El resultado de estos tres captores de datos es una estimación bastante precisa de la actividad real.

Nos gusta la grabación continua de pulsaciones que te da una gráfica de todo el día, estimando la FC media de reposo. El registro de sueño, automático al acostarte, también es muy interesante al combinar el movimiento de la mano con las pulsaciones, diferenciando así entre sueño ligero, profundo y REM, con el tiempo de permanencia en cada fase.

Tiene un modo ejercicio en el que se comunica con tu smartphone para obtener datos GPS y así poder darte el ritmo de carrera o la velocidad en la bici. La verdad, no es muy preciso aunque suponemos que eso depende más del GPS de tu móvil. Cuando está vinculado al móvil da también notificaciones básicas (llamadas, mensajes y calendario).

En su app puedes ver la ruta que hayas hecho (si llevabas el móvil con la aplicación abierta) y todos los datos de tu actividad, ejercicios y detalle del sueño con sus fases.

OK: -Análisis detallado del sueño. –Pulsómetro compacto.

KO: -Con sol intenso en exterior se ve mal. –Poca precisión en la velocidad. –No sirve para natación.

159,95 €

www.fitbit.com/es/