Muerte súbita después del ejercicio

No sólo hay riesgo durante el ejercicio. Hay tres circunstancias especialmente peligrosas que pueden provocar muerte súbita después del ejercicio. Analizamos cuáles y te damos las claves para evitarla.

Yolanda Vázquez Mazariego

Muerte súbita después del ejercicio
Muerte súbita después del ejercicio

Es otro tipo de muerte súbita que aparece inmediatamente después de haber terminado el ejercicio.

Factores de riesgo para la muerte después del ejercicio

No sólo hay riesgo durante el ejercicio. Hay tres circunstancias especialmente peligrosas que pueden provocar muerte súbita después del ejercicio:

  • Parar repentinamente. Piensa que tu corazón es una bomba puesta a "toda máquina" durante el ejercicio, si la detienes súbitamente el sistema necesita un tiempo para volver a la normalidad. Es importante que siempre dejes el ejercicio progresivamente, en algunas carreras la meta acaba en pasillos por los que los atletas deben andar despacio hasta llegar al avituallamiento final. Muchas personas sufren mareos después del sprint final, esto es un mecanismo de supervivencia básica, al dejar de recibir sangre el cerebro pierde el conocimiento y cae por lo que la cabeza se coloca en posición baja y llega otra vez sangre al cerebro
  • La ducha. El agua caliente después del esfuerzo es un placer para los sentidos pero también aumenta la temperatura corporal, lo que provoca la dilatación de los vasos sanguíneos y puede hacer que llegue menos sangre al corazón o a zonas mal vascularizadas, provocando un espasmo fatal. Para evitarlo se recomienda no ducharse hasta que la respiración sea normal y se haya parado de sudar, empezando con agua templada.
  • Fumar inmediatamente después de acabar el esfuerzo. Si el tabaco es peligroso siempre, la nicotina es una granada de mano cuando te fumas el cigarrillo justo al parar. Esta sustancia favorece la contracción de los pequeños músculos que rodean las arterias del corazón y puede provocar un "espasmo arterial". Al parar el ejercicio es normal que todavía jadeemos, si se inspiran grandes bocanadas de humo se pueden cerrar repentinamente las coronarias y con la falta de oxígeno aparece un infarto. Es imprescindible haber recuperado la frecuencia respiratoria normal antes de fumarse un cigarrito, aunque si te tomas en serio tu salud lo mejor es que te olvides del tabaco para siempre.

 

Muerte súbita y deporte