Cómo tratar y evitar congelaciones

Preguntamos a los expertos cómo evitar y tratar congelaciones

Por Dr. José Félix López Martin, médico adjunto en traumatología en el Centro Médico Maestranza de Madrid. Miembro de Top Doctors*

Cómo tratar y evitar congelaciones
Cómo tratar y evitar congelaciones

Montañeros, alpinistas y cualquiera que se vea obligado a permanecer al aire libre en condiciones extremas puede padecer un cuadro de hipotermia (cuando nuestra temperatura corporal desciende por debajo de 35º C). En esas circunstancias, el líquido que contienen nuestras células puede llegar a congelarse, formando cristales de hielo que rompen las propias células, provocando daños en los tejidos más vulnerables. Las partes del cuerpo más frecuentemente afectadas por congelación son los dedos de manos y pies, la nariz, los oídos, las mejillas y la barbilla. La piel afectada se entumece y toma un color blanquecino o gris amarillento, transformándose inusualmente en una piel dura o con un aspecto de cera. 

Lo que le pasa a nuestro cuerpo cuando entrenamos con frío

Existen hasta 4 grados de congelaciones dependiendo de su profundidad, siendo las de grado 1 las más leves, pues afectan solo a la superficie, y son las que tienen un mejor pronóstico. Por el contrario, las del grado 4 son las más graves ya que afectan a tejidos profundos y pueden llegar a precisar de amputaciones.

Los síntomas de una congelación incluyen hinchazón, dolor, palpitaciones en la zona, falta de sensibilidad o, peor aún, aparición de un tejido ennegrecido y con ampollas. Si tras la exposición al frío notas cualquiera de estos síntomas, debes acudir al médico de inmediato.

¿Qué condiciones causan las congelaciones?

Es evidente que las temperaturas bajo cero pueden provocarlas, pero también hay que tener en cuenta otros factores determinantes como son:

- Intensidad de las temperaturas extremas y su tiempo de actuación. No es lo mismo aguantar durante un minuto una temperatura de 0º que de -20º. Del mismo modo, es diferente aguantar una temperatura de -20º durante un minuto que durante 10 minutos. En frío extremo, el congelamiento puede ocurrir en menos de 5 minutos.

- Humedad y viento: la presencia de agua o nieve multiplica por 14 la acción del frío.

- Altitud: por cada 100 m de subida desciende 0,5º la temperatura exterior.

- Alcohol: la ingestión de bebidas alcohólicas produce una vasodilatación a nivel subcutáneo que provoca pérdida de calor.

- Nicotina y cafeína, así como el consumo de drogas producen una vasoconstricción de los tejidos, es decir, llega menos sangre, por lo que las personas que las ingieren son más vulnerable a las bajas temperaturas.

Agotamiento y deshidratación: aumentan la hipotermia.

Las congelaciones son una lesión típica de alpinistas por motivos evidentes: se enfrentan a bajas temperaturas durante periodos prolongados de tiempo, en condiciones de humedad (nieve) y viento, a gran altitud y en condiciones de gran desgaste físico. No obstante, es imprescindible la prevención porque cualquier persona está expuesta a sufrir congelaciones si se dan las condiciones adecuadas. Por ejemplo, pararte a estirar a la intemperie con bajas temperaturas, en una zona de viento y después de un entrenamiento intenso y prolongado, en el que has sudado. Ten en cuenta que a los niños les afecta más rápido el frío que a los adultos, así como a las personas con diabetes, enfermedad de Raynaud y en tratamiento con ciertos fármacos, como por ejemplo los neurolépticos.

¿Cómo se pueden prevenir?

Planifica la actividad que vas a realizar de acuerdo con la previsión meteorológica y tus capacidades físicas y técnicas.

- Protégete del frío y la humedad. Elige ropa adecuada, que aísle del viento y la humedad. Usa el sistema de capas, no solo resulta más eficaz para abrigarte, también te permite retirar una o varias capas si suben las temperaturas y evitar la sudoración y el consiguiente estado de humedad. Cubre las zonas más vulnerables: manos, cara y pies. Las botas, guantes o arnés no deben estar demasiado apretados.

- Pide ayuda y busca refugio en cuanto empieces a sentir los primeros síntomas.

- Evita la deshidratación, bebe abundantes líquidos y bebidas deportivas o azucaradas, si son calientes –tipo té-, mucho mejor.

- Evita el agotamiento. Descansa y come en pequeñas cantidades con frecuencia.

- No te quedes quieto, el movimiento genera calor. Abre y cierra los puños con fuerza y realiza rotaciones de muñeca para que la sangre circule.

- No tomes alcohol, tabaco o drogas, aunque pueden proporcionar una sensación de calor reconfortante, aceleran el proceso de congelación.

Tratamiento más eficaz 

No existe ningún fármaco contra la congelación, el tratamiento más eficaz es la prevención. Una vez se ha iniciado el proceso, todas las medidas irán dirigidas a minimizar los daños:

- Pide ayuda y trata de acudir lo antes posible a un centro hospitalario para recibir atención especializada.

- Si el congelamiento es en las manos, colócalas bajo las axilas o entre las piernas y no las frotes. Si es en los pies, evita caminar. Hay que envolver cada dedo afectado de modo individual, para que no se toquen entre ellos.

- Si no existe la posibilidad de acudir a ningún centro en un tiempo menor a dos horas, se recomienda el recalentamiento de la zona una vez que estemos refugiados del frío, pero hay varios puntos que debemos tener muy en cuenta:

Es muy importante no iniciar el calentamiento si existe la posibilidad de una nueva congelación. El proceso congelación-recalentamiento-congelación tiene unas consecuencias nefastas. Si no estamos definitivamente a salvo, mejor dejar las cosas como están.

Realizamos un calentamiento general del afectado mediante bebidas calientes y soporte energético.

El recalentamiento local rápido se realiza por inmersión en agua con solución antiséptica yodada a 38º durante 30 minutos. No deben usarse fuentes de calor seco como calentadores, chimeneas o almohadillas térmicas, ya que si los tejidos se calientan de forma lenta pueden generarse más daños.

Continuar después con más baños de recalentamiento de unos 20 minutos de duración a una frecuencia de dos a tres al día. Se pueden aprovechar los baños de recalentamiento para iniciar la rehabilitación de las posibles secuelas (dedos en garra) moviendo los dedos de las manos y/o de los pies.

A partir de las congelaciones de 2º grado, el recalentamiento favorece la aparición de las ampollas.

Hay que tomar un antibiótico, especialmente si hay signos de lesión cutánea (ampollas o heridas) y analgésicos ya que la fase de recalentamiento suele ser muy dolorosa.

Finalizada la sesión de recalentamiento debe secarse cuidadosamente las zonas afectadas y aplicarse povidona yodada.

Envolver de la manera más aséptica posible la zona afectada a poder ser con gasas estériles y envolver cada dedo afectado individualmente para que no se toquen entre ellos. Evitar cualquier tipo de pomada pues podría producir maceración y no aplicar vendajes muy oclusivos ni que compriman.

La recuperación de la sensibilidad después del recalentamiento indica buen pronóstico. Si persiste la cianosis (coloración azulada) o color grisáceo, la falta de temperatura, la falta de sensibilidad o lesiones ampollosas (serosas o hemorrágicas, especialmente estas últimas), el pronóstico no es bueno y podría dar lugar a necesidad de amputaciones. En estos casos, habría que trasladar al accidentado a un centro especializado.

*TopDoctors.es