Ayer publicamos la preciosa historia de superación de Nate Viands, el año que con sólo 8 años había corrido un maratón, ¡y rozando bajar de tres horas y media!, y después de haber terminado apenas un año antes su tratamiento de quimioterapia para superar la leucemia infantil que le había sido detectado con cuatro años de edad. Aquí puedes leer su historia completa.
La historia de tan precoz maratoniano ha sido viral y muchos de los comentarios, más allá de alabar el espíritu de superación y de esfuerzo del niño, poco común en la sociedad de hoy dominada por las comodidades y los videojuegos, se han centrado en lo dañino que puede ser un maratón para alguien tan joven. Más allá del riesgo que pueda suponer en bajada de defensas tras el desgaste de un maratón de cara a su enfermedad, algo que suponemos valoró el equipo médico que ha ayudado a Nate a superar la leucemia.
Hemos querido recuperar la opinión de uno de nuestros expertos, el Doctor José López Chicharro, Catedrático de Fisiología del Ejercicio por la Universidad Complutense de Madrid, que deja bien claro que un niño de estad edad en la parte más importante de su crecimiento fisiológico y escrutural.
“Veamos que hace un niño espontáneamente cuando juega con sus amigos: ejercicio interválico de alta intensidad. No elige con sus amigos correr durante 2 horas, no, selecciona otro tipo de actividad para la que su organismo está más preparado..por qué?. Varias razones que solo señalaré puntualmente: 1) a diferencia de los adultos su percepción de fatiga no está plenamente desarrollada (seguro que habéis visto muchas veces como los niños pasan de la actividad más frenética al sueño más profundo en cuestión de minutos), luego no parece lo más adecuado enfrentar a un niño de 6 años a una prueba de resistencia aeróbica de más de 2 h, en la que la percepción de la fatiga es tan importante; 2) su sistema osteomuscular está en periodo de crecimiento, y tampoco parece lógico que le sometamos a impactos como los que implica una carrera de larga distancia, y no solo por la carrera en sí, sino por el entrenamiento al que ha de someterse; 3) su sistema de termorregulación no está maduro, así que tampoco parece muy conveniente enfrentarlos a una prueba (y entrenamientos) que les causen ese estrés añadido; y 4) no olvidemos que el ejercicio físico es percibido por nuestro organismo como un estrés, al cual trata de adaptarse; si el estímulo es más fuerte que el que podemos asimilar, entramos en “sobre-entrenamiento" o incluso enfermamos, así que dado que no sabemos bien los límites de estrés soportados por un niño de 9 años, me parece un riesgo elevado jugar así con un niño. Ni siquiera en el ámbito de la especialización precoz en carrera de resistencia aeróbica (en otras disciplinas quizás si) podría justificarse.
El doctor López Chicharro termina destacando “que afortunadamente hay tan pocos casos de niños que se someten a este tipo de esfuerzos maratonianos que tampoco se conocen bien los efectos sobre el desarrollo funcional y estructural del sistema cardiopulmonar de este tipo de entrenamiento, ni sobre el crecimiento, ni sobre las consecuencias para el futuro deportivo como adulto".
El médico especialista en Medicina de la Educación Física y el deporte concluye que “ejercicio para los niños, SI, con mayúsculas, imprescidible, es lo NATURAL para cualquier mamífero joven pero correr maratones con 8 años no es absoluto recomendable y de hecho, está prohibido, por ejemplo, en todos los maratones de España en los que sólo puedes tomar parte si eres mayor de edad".