Habitualmente, al colesterol LDL se le denomina de forma coloquial colesterol malo. Sus siglas derivan de lipoproteínas de baja densidad y se trata de una sustancia similar a la grasa que, en exceso, se acumula en las arterias llegando a representar un peligro para la salud.
Se dice que es malo precisamente por esta acumulación, que puede derivar en cierto tipo de enfermedades cardiovasculares y poner en peligro nuestra vida. Por esto, es muy importante mantener los niveles de colesterol por debajo de los límites recomendados por los médicos.
Niveles de colesterol LDL: ¿cuándo representa un riesgo para la salud?
El colesterol LDL lo podemos medir mediante análisis de sangre. Tanto si tienes predisposición a tenerlo alto, como si solo estás realizando un examen rutinario, es importante tener controlado este indicador de cara a evitar que se dispare y se convierta en un peligro.
Normalmente, entre los 10 y los 20 años basta con realizar el análisis cada 5 años, siempre que no existan factores de riesgo (antecedentes familiares, obesidad, problemas de salud…). A partir de los 20 años y especialmente desde que se cumplan los 40, deberíamos controlar con mayor frecuencia el colesterol. Hay médicos que recomiendan hacer el análisis cada año, mientras que otros postergan más esta decisión. Sea como sea, tu médico de cabecera, en función de tu historial clínico, podrá recomendarte cuándo ha llegado el momento de repetir el examen.
Los niveles de colesterol se expresan en mg/dL. Cuanto más bajo lo tengamos, mejor. De hecho, lo más deseable sería tenerlo por debajo de 100mg/dL.
Entre 100-129mg/dL tampoco debemos preocuparnos, está dentro de los límites saludables. A partir de 130mg/dL y hasta 159mg/dL ya deberíamos empezar a cuidarnos, porque entramos en el límite alto.
El colesterol LDL se considera que está en un nivel alto cuando se sitúa entre los 160mg/dL y 189mg/dL. Esto lo podemos interpretar como una señal de alarma y tomárnoslo muy en serio, porque nuestra salud ya está en riesgo. Por supuesto, a partir de 190mg/dL el asunto se torna más peligroso y tendremos que poner solución inmediata.
Cuanto más elevado sea el nivel de colesterol LDL, más riesgo tenemos de sufrir enfermedades coronarias, cardiovasculares y otros accidentes muy peligrosos. El colesterol se puede reducir de manera natural a través de la alimentación o el ejercicio. En definitiva, un estilo de vida saludable. Si no lo conseguimos, el médico determinará que hay otros factores que están influyendo en sus niveles (genética, alguna enfermedad…) y propondrá el tratamiento farmacológico.