- Empieza con la dieta. La alimentación sana y natural es la clave de tu salud. El sistema inmune necesita alimentos frescos y de temporada ricos en vitaminas y minerales que refuercen tus defensas y alejen a los virus de tu nariz. Llena tus s de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales todos los días.
- Apúntate a la yogurmanía. Toma 2 yogures al día. El 70% de la inmunidad está controlada por el intestino, ya que es ahí donde se ponen en contacto los elementos patógenos con el organismo. En el intestino se encuentra nuestro propio ejército natural de microorganismos: la flora bacteriana. Esta se ocupa de combatir y eliminar los gérmenes que producen las infecciones. Los alimentos probióticos ayudan a repoblar la flora natural de nuestro intestino; son alimentos que contienen bacterias beneficiosas que se encuentran de forma natural en nuestro sistema digestivo. Algunas de sus funciones son estimular el sistema inmunitario , ayudar en la digestión de los alimentos e incluso fabrican vitaminas. Puedes ayudar a mantener tu flora bacteriana en condiciones óptimas tomando alimentos que han pasado por un proceso de fermentación que favorece el crecimiento de los microorganismos beneficiosos como yogures naturales.
- La vitamina C actúa como antioxidante, protegiendo a las células del daño y eleva el número de células encargadas de atacar a los virus. La vitamina C se encuentra en los cítricos pero todavía en los kiwis.
- La vitamina A o betacaroteno es vital para mantener la piel y mucosas que son las vías de entrada que utilizan los gérmenes para entrar en el organismo. Además, aumenta la producción de los glóbulos blancos y de anticuerpos necesarios para identificar y eliminar las bacterias patógenas. La puedes encontrar en los alimentos vegetales de colores verdes, amarillos y rojos y en los alimentos animales como el hígado.
- La molécula llamada coenzima Q10 se encuentra dentro de las miticondrias y estimula a las células para combatir las infecciones eficazmente coenzima la encontrarás en alimentos de origen biológico (cereales integrales, frutos secos, brócoli…) aunque es mejor tomar suplementos dietéticos (30 a 90 mg) porque cada día menos coenzima en los alimentos procesados.
- El selenio es un mineral que ayuda a evitar el envejecimiento y aumenta la producción de glóbulos blancos, eliminando los radicales libres que se forman cuando éstos destruyen a los virus y a las bacterias. Aumenta tu ingesta de selenio tomando cereales, pescados, carne, setas, ajo y cebollas. Otros minerales como el zinc, manganeso y cobre también te previenen de los resfriados.
- Respira correctamente, inspirando siempre de la nariz que se encarga de filtrar las bacterias y los virus, calienta el aire y lucha de forma activa contra los microorganismos gracias a la inmunoglobulina AIG.
- Bebe al menos dos litros de agua para hidratar las mucosas. Si la mucosa está deshidratada se debilita frente a los virus. Además, el consumo de líquidos protege frente a la infecciones y aumenta la actividad de los glóbulos blancos al disminuir la concentración de solutos en la sangre.
- El ejercicio al aire libre fortalece el sistema inmune y aumenta las defensas por el aire puro.
- La calefacción reseca el ambiente y las mucosas de la nariz. Un humidificador te resuelve este problema. Le puedes añadir esencias como el tomillo, la lavanda y el eucalipto para evitar infecciones.
- Una sauna a la semana te vendrá de perlas por su doble efecto: elimina toxinas y refuerza las defensas.
12. No tengas miedo al frío. Hay que exponerse un poco a él. Tu cuerpo tiene un termostato natural que se va regulando. Para conseguir esta adaptación no abuses de las prendas de abrigo y frecuenta el aire libre (los espacios cerrados aumenta el riesgo de contagio. Puedes dar un pequeño paseo descalzo por el parque en las mañanas de invierno que sean soleadas o termina tus duchas con 20 segundos de agua fría (para que el cuerpo libere toxinas por la transpiración). Además de mantener tu cuerpo firme, tu organismo se “entrenará” para resistir los cambios bruscos de temperatura del invierno.