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Desde que en el mes de septiembre de 2013 se lanzase el dispositivo iPhone 5S, con la app “Health" (salud) y posteriores, tu teléfono inteligente cuenta los movimientos que realizas en cada jornada y los va sumando para informarte de tu evolución en la loca carrera por lograr la ansiada cifra de los 10.000 pasos. Un año más tarde Google, a través de su aplicación Google Fit, también se sumó a la corriente de los podómetros electrónicos, de manera que la práctica totalidad de nuestros smartphones disponen de la capacidad para informarnos de nuestra actividad física cotidiana, disponiendo de la capacidad para instalar infinidad de aplicaciones cuyo objetivo es el de controlar nuestro movimiento deportivo.
¿Son reales los 10.000 pasos?
Dentro de la convergencia digital que ha convertido a nuestro antiguo teléfono móvil en un dispositivo que, incluso, dispone de funcionalidades con inteligencia artificial añadida, la mayoría de los smartphones de últimas generaciones (a partir de 2010) utilizan un sensor de movimiento, conectado con un acelerómetro, para detectar tanto la posición de la pantalla, como los cambios de orientación y vibraciones que pueda sufrir nuestro móvil. Cuando se produce un impacto de una cierta magnitud (pisada, salto, giro violento…) la aplicación del smartphone registra este evento, traduciéndolo en “un paso".
Si, a lo largo del día, solo nos dedicásemos a caminar con nuestro móvil en el bolsillo, el registro de pasos sería fidedigno pero, los impactos y vibraciones que se transforman en zancadas en la app del smartphone pueden provenir de baches o frenazos en el transporte público, arranque y frenada de ascensores, vibraciones de escaleras mecánicas… tanto es así que, si eres curioso y miras el teléfono antes de haber salido a caminar, es posible que veas ya registrados unos cuantos cientos de pasos que no corresponderán a la actividad física realizada.
¿Leyenda o realidad?
En Sportlife.es ya nos hemos referido en diferentes artículos al reciente fenómeno de los 10.000 pasos, sus mitos y la realidad que hay detrás de esta especie de moda. Pero hay unos puntos intangibles que habría que reseñar.
Las primeras informaciones publicadas en relación con este ejercicio deportivo provienen del Centro Nacional de Información Biotecnológica y después la OMS hizo suya la recomendación de caminar 10.000 pasos al día que, traducido al lenguaje deportivo sería algo así como caminar entre 7 y 8 kilómetros en cada jornada.
Esta cifra se ha convertido en universal, sin tener en cuenta la edad, las condiciones físicas, la climatología… en cualquier caso es muy buena opción que cualquier persona sedentaria se proponga cubrir un reto similar de manera cotidiana, aunque sería mejor que se pusiera en manos de un experto en entrenamiento para que le asesorase sobre cómo realizar su “caminata" diaria.
El ritmo al que vamos a caminar es lo más importante. Seguramente tú has visto cumplida la ansiada cifra una tarde en la que has decidido ir de compras: ver escaparates, caminar por las calles de una gran ciudad… llegan a producir el equivalente a dar 10.000 pasos, pero a un ritmo que poco aportará a nuestra condición física. Hay que caminar rápido, apretando el abdomen, sintiendo calor en los músculos de las piernas… es la única manera de considerarlo un ejercicio físico saludable y, sobre todo, eficaz.
Si realizas desplazamientos en la oficina, en las tareas domésticas, al ir de compras… aprovecha para imprimir un ritmo a tu actividad intenso. En el ejercicio físico todo cuenta.
Piensa que para adelgazar necesitarás entrar en un umbral de trabajo cardiaco que esté siempre en la zona aeróbica o en el límite del umbral anaeróbico y eso se consigue con un ritmo intenso: al límite del sudor o con un sudor ligero. Si no tienes monitor de ritmo cardiaco utiliza el truco del “límite de la conversación": si puedes mantener una charla con la persona que te acompaña es que todavía caminas demasiado despacio.
Si has sentido la tentación de comenzar a correr, ten presente que es mucho mejor caminar rápido que correr lento. Además, para obtener beneficio del running, necesitas disponer de una buena técnica de carrera, un plan de entrenamiento adaptado a tus necesidades y gozar de unas articulaciones en muy buen estado, porque es un deporte de impacto (por asfalto incluso de alto impacto).
Es mucho mejor caminar rápido que correr lento.
- Si hablamos de quemar calorías, a modo orientativo, debemos tener en cuenta los datos que revela un estudio elaborado por el ACSM (American College of Sport Medicine), en el que se confirma que un hombre que recorre a paso rápido 1,6 kilómetros quema entre 88 y 124 Calorías, mientras que una mujer solo consigue consumir entre 75 y 105 Calorías.
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