(Día 12 de 50 de mi gira norteamericana) Extracto de mi futuro libro. Página 72
¡Un vuelo más para llegar a Spokane, Washington! Llevo la friolera de treinta horas viajando desde Londres. Ocho horas desde Londres a Chicago, llegar a las siete de la tarde, transportar todo mi material hasta la terminal tres del aeropuerto, donde entre unos bancos he dormido, vigilando todo con un ojo entreabierto (como un perro de presa), para esta mañana a las seis, volver a volar durante cuatro horas hasta Seatle, donde me encuentro ahora, con unos cafés en mi cabeza para aguantar sin dormir hasta esta noche y, dormir como un bebé.
Hay que tener en cuenta que la diferencia horaria es de ocho horas con Londres, así que montaré mi silla de competir, limpiaré el material que quedó pegajoso, con esa resina que usamos cuando llueve (como en el calentamiento de la maratón de Londres) y, me dedicaré a hacer unas coladas y dejar toda mi ropa limpia… Si no me ordeno, no rindo, ni como atleta, ni como persona.
La maratón de Londres me deja un sabor agridulce, y es que, tan solo me separaron treinta y dos segundos del chaval que venció, y digo, agridulce, pues es un circuito bastante llano y es favorable a él, pero si mis piernas no me hubiesen molestado tanto desde el kilómetro veinte, yo estoy convencido que hubiese corrido tres minutos más rápido, es decir, contento porque con mis molestias, sigo muy limitado en pruebas de esta distancia y, aún así, estoy en la pomada.
https://www.youtube.com/watch?v=2a8kQKDYvK4
Mi familia fue en todo momento un estímulo tan vibrante, que estaba deseando pasar por los puntos que me verían Pilar, Ana, Daniela, papá, mamá, mi hermano Javier, primos y tíos. En ese punto kilométrico veinte y treinta y siete, no existía ni dolor, ni fatiga, pues era un calor tan grande el recibido, que me sirvió para seguir dándolo todo.
La carrera del domingo es muy especial, ya que es una prueba muy clásica en el circuito norteamericano. Tiene un trazado muy exigente, con subidas muy pronunciadas y, descensos frenéticos y, en ella he vencido en las últimas once ediciones, así que desde mañana espero encontrar sensaciones favorables y, llegar el domingo en óptimas condiciones, por ello, voy a realizar un minicampamento de unos días con un atleta que entreno y, de esta forma, aclimatarme al gran cambio horario y, tratar de estar fresco como una lechuga el domingo.
"Tras un largo viaje"
(Día 12 de 50 de mi gira norteamericana) Extracto de mi futuro libro. Página 72