He pasado muchas horas de mi vida en la cocina y sí, siempre tengo una enorme curiosidad por probar a ver qué pasa si mezclo esto, le añado lo otro, reduzco, sumo, pongo, quito etc … a cualquier plato que cocine. De hecho ya no cocino con recetas en mano, hace muchos años que las dejé en el cajón o en la librería. Aprendí de ellas infinidad de cosas. Ahora las aprendo a medida que cocino y de lo que da un resultado u otro. Comer a lo “Maffetone", como le digo a Ester, requiere entender el objetivo y cómo conseguir llevarlo a cabo. Nuevamente, se abre un mundo, aparentemente limitado, pero mentiríamos si así lo dijéramos. Es una opción muy amplia que se ha de conocer a fondo y en esas estoy, entrando en materia. Renunciar a algo para siempre es lo que atormenta profundamente la cabeza
En este caso, pensar que nunca más volveré a comer un pastel, aunque sea hecho en casa con todo el cariño del mundo, pues la verdad, para que engañarnos, me tortura la mente. No es que fuera una golosa de pasteles ni mucho menos, aunque Phil, muy discretamente alguna vez me sugirió que podía ser que estuviera enganchada al azúcar (lo cual, jamás me pude imaginar), pero a medida que estudias el tema te das cuenta que es verdad que en una dieta “normal" la ingesta de azúcar es muy elevada y reducirla notablemente te crea un pequeño síndrome de abstinencia. Pero a mi tradicional BROWNIE, el que vendí kilos y kilos cuando tenía el catering y que cada vez que lo pruebo se me escapa una lagrimita no voy a renunciar. Dejar de disfrutar de ese sabor y textura tan concreto y que llevo toda la vida comiéndolo en momentos festivos no me apetece, por decirlo de alguna manera. No me hace ilusión pensar que “nunca más lo voy a comer". Había que encontrar una solución. “Ok, si ese es el trato, algo habrá que hacer!!!! “
Aquí tenéis la receta que he hice ayer, es un brownie, sin harina, sin azúcar, con un chocolate Lindt 99% . El resultado ha sido un brownie transformado en barrita energética, con un sabor profundo, fuerte y denso a chocolate que curiosamente mejoró mucho de sabor y textura al día siguiente, convirtiéndose en algo delicioso. Igualmente con un sabor profundo pero textura más ligera y ya no tan densa. Hoy estaba totalmente en equilibrio el “brownie-barrita energética". No es una barrita apta para todo el mundo, creo que se ha de ser muy fan del chocolate. Ha nacido un nuevo “brownie-barrita" casera de una calidad máxima nutricionalmente hablando. Para tomarla cuando se hace deporte. Eso en primera instancia, en segunda, servido en forma de triángulo con una cucharada sopera de nata semi montada sin azúcar pero con ralladura de limón sería sin duda el fantástico postre que yo echaba de menos.
Si os gusta cocinar, es muy fácil y veréis que sí hay opciones en postres deliciosos sin tener que recurrir a las harinas de repostería, azúcares y coberturas de chocolate azucaradas para conseguir una textura más suave.
Ingredientes:
176 gr de chocolate puro en este caso utilicé Lindt 99%
120 de mantequilla (a ser posible fresca)
170 gr de clara de huevo (biológico)
80 gr de yema (de huevo biológico)
115 gr de miel natural
100 gr de nuez pelada troceada
20 gr de cacao puro
Procedimiento:
En un baño María, juntar la mantequilla y el chocolate troceado.
Mientras se va deshaciendo lentamente el choco con la mantequilla, pondremos las claras de huevo a montar en la batidora. Siempre al máximo de velocidad, durante unos minutos, no se han de pasar, las claras de huevo están cuando parece nieve ligera. Si nos pasamos se hacen como grumos. El objetivo de montar bien las claras es añadir el máximo de aire a las claras para que nuestro preparado, en este caso “el brownie/barrita energética" sea lo más esponjoso posible. Una vez las claras estén en su punto guardar en la nevera.
Limpiar el bol de la batidora y añadir las yemas de huevo y la miel. Batir al principio suavemente y a medida que vaya cogiendo textura esponjosa, subir la velocidad, seguir batiendo sin llegar al máximo de velocidad y hasta conseguir una mezcla blanquecina y muy esponjosa. De hecho juntar yemas y azúcar en cocina se le llama “blanquear".
Añadir el chocolate derretido junto con la mantequilla al baño María, mezclar con la batidora a una velocidad muy suave, al nr 1 . Una vez esté mezclada,
con una espátula de goma, añadir con mucho cuidado la clara montada al punto de nieve, a la mezcla.
Por último poner en el horno pre calentado a 165 grados en posición ventilado. Cocer durante 25 minutos. Dejar sobre rejilla para que se evapore la humedad.
Una vez se ha enfriado, tapar con film.
¡Espero os guste!