Una de las principales fuentes de disruptores endocrinos, las sustancias que una vez entran en el organismo pueden alterar el funcionamiento de nuestro sistema hormonal, son los plásticos.
Lo mejor, para la propia salud y para la salud del medio ambiente, es evitar los plásticos. Pero si tenemos que usarlos, fijarnos en el número del envase de plástico nos puede orientar sobre su seguridad:
El más seguro: n° 5.
Es el polipropileno o PP, el único recomendado por la OMS. Se utiliza, por ejemplo, en envases de helados, yogur o ensaladas, pajitas para beber, siropes, tapones de botellas…
Aceptables: n° 2 o polietileno de alta densidad, HDPE o PEAD.
Es un plástico espeso y opaco, se usa principalmente en botellas de leche y zumo, bolsas de basura y productos de limpieza e higiene. En esta categoría también tendríamos el n° 4 (polietileno de baja densidad, LDPE). Se emplea en bolsas de la compra, de comida congelada, botellas de plástico blando y film transparente.
Bajo sospecha: n° 1. Se trata del tereftalato de polietileno, PET o PETE.
Es el más usado, sobre todo como envase de agua y refrescos. Aunque se consideraba inocuo, algunos estudios lo relacionan con efectos estrogénicos en las personas.