Se sabe que la inactividad física y el sedentarios aumentan el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, y que el ejercio físico practicado de forma regular puede ayudar a prevenir su aparición de la enfermedad de Alzheimer.
En investigaciones anteriores, y ase ha encontrado que la actividad física no sólo protege, también puede revertir algunos de los deterioros cognitivos que aparecen en algunos tipos de demencia senil y Alzheimer.
Este nuevo estudio en ratones ha encontrado que el ejercicio puede proteger frente al Alzheimer al mejorar la regulación del hierro en el cerebro, modulando el transporte y almacenamiento del hierro en el cerebro y el músculo esquelético.
Al hacer ejercicio de forma regular, se reducen los niveles circulantes de la proteína Interleucina-6 (IL-6), relacionada con la inflamación, y esta proteína también puede cambiar la forma en que el cerebro almacena el hierro, mineral implicado en la aparición de Alzheimer.
En el nuevo estudio, los científicos compararon ratones genéticamente predispuestos a desarrollar Alzheimer con ratones normales. La mitad de los ratones tenían libre acceso a una rueda de ejercicio en sus jaulas, mientras que los otros animales llevaban una vida más sedentaria.
Después de 6 meses, los científicos midieron los niveles de hierro y las proteínas esenciales para regularlo en el cerebro y los músculos de los ratones.
Descubrieron que correr en la rueda alteraba el metabolismo y el transporte del hierro en el cerebro y aumentaba el contenido de hierro de los músculos.
El ejercicio redujo los niveles de las proteínas ferritina y hepcidina, que promueven el almacenamiento de hierro en la corteza cerebral.
También disminuyó la cantidad de beta-amiloide en el cerebro de los ratones que estaban predispuestos a desarrollar Alzheimer.
Al mismo tiempo, las concentraciones de la molécula de señalización interleucina-6 (IL-6), que promueve la inflamación, fueron menores en la corteza y el plasma sanguíneo de los animales que hicieron ejercicio.
En los seres humanos, se sabe que el ejercicio regular suprime la cantidad de IL-6 que circula en la sangre, mientras que la inactividad aumenta estos niveles.
La IL-6, que puede atravesar la barrera hematoencefálica, promueve el almacenamiento de hierro a través de sus efectos sobre la hepcidina durante la inflamación.
Los investigadores piensan que al suprimir la IL-6, el ejercicio regular ayuda a proteger al cerebro de la alteración de la homeostasis del hierro, que es una característica tanto del envejecimiento como del Alzheimer.
Fuente:
Belaya, I.; Kucháriková, N.; Górová, V.; Kysenius, K.; Hare, D.J.; Crouch, P.J.; Malm, T.; Atalay, M.; White, A.R.; Liddell, J.R.; Kanninen, K.M. Regular Physical Exercise Modulates Iron Homeostasis in the 5xFAD Mouse Model of Alzheimer’s Disease. Int. J. Mol. Sci. 2021, 22, 8715. https://doi.org/10.3390/ijms22168715