Si quieres perder peso, siempre se ha usado el refrán popular de "desayuno como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Y no va un muy desencaminado.
La tolerancia a la glucosa y, por tanto, lo que "nos engorda" un alimento y los movimientos intestinales se modifican según el momento del día.
Desayuno y comida
- Hidratos de carbono para afrontar la jornada con energía.
- La hormona insulina es más activa durante el día y disminuye su actividad al caer la tarde para alcanzar los niveles mínimos durante la noche.
- Por eso las horas de luz son el mejor momento para ingerir los nutrientes energéticos y saludables como los carbohidratos complejos.
- Hasta la tarde da prioridad a arroz, patatas, pan, cerales...
Hidratos de carbono, mejor en el desayuno y la comida
Cena
- Proteínas para reponer tus músculos mientras duermes.
- Las proteínas se asimilan mejor por la noche.
- Mientras dormimos se segrega más hormona del crecimiento, que colabora en la recuperación y crecimiento de la células musculares, para lo que son necesarios aminoácidos (unidades básicas de las proteínas).
- La hormona del crecimiento promueve también la utilización de las grasas acumuladas como fuente de energía durante esas horas, conservando las reservas de glucógeno y proteínas del músculo.
Proteínas para la cena
- La hipoglucemia (falta de azúcares) dispara la secreción de hormona del crecimiento. SI te pasas con los hidratos en la cena, tu secreción de esa hormona será menor y engordarás.
- No obstante, las proteínas son más difíciles de digerir que los hidratos y no necesitamos una cantidad demasiado grande para obtener los aminoácidos necesarios. Por tanto, procura cenar al menos un par de horas y no pasarte con las cantidades.