Cuando realizamos un esfuerzo muy intenso, en el que llegamos a la fatiga cardiorespiratoria, instintivamente hacemos el gesto de inclinarnos hacia delante y apoyar las manos en las rodillas.
Esta posición favorece la entrada de aire requiriendo menos esfuerzo a los músculos respiratorios.
Muchos corredores al terminar una serie o tras cruzar la línea de meta en una prueba adoptan esta posición para tratar de recuperarse antes. También podemos ver que cómo los corredores de montaña acercan sus manos a las rodillas cuando se enfrentan a una subida con mucho desnivel y además de la fatiga muscular se eleva la frecuencia respiratoria y cardiaca.
La posición más horizontal favorece la entrada de aire y el empuje de los brazos permite una mayor expansión de la parilla costal. Si necesitas una entrada de aire rápida y sin esfuerzo, definitivamente esta es la posición más indicada
