El senderismo es una actividad al aire libre que puede presentar ciertos riesgos para los excursionistas. A continuación, te contamos algunas de las lesiones típicas:
Torceduras y esguinces
Ocurren con frecuencia debido a los terrenos irregulares y a los movimientos inestables en el senderismo. Una mala pisada o un terreno accidentado pueden llevar a torcer un tobillo o sufrir un esguince en una articulación.
Ampollas
La fricción causada por el calzado inadecuado o mojado puede llevar a la formación de ampollas dolorosas en los pies.
Golpes y caídas
Las caídas pueden ocurrir en terrenos resbaladizos o en zonas con pendientes pronunciadas, lo que puede resultar en golpes y contusiones.
Quemaduras solares
La exposición prolongada al sol sin protección adecuada puede causar quemaduras solares, especialmente en altitudes elevadas donde la radiación ultravioleta es más intensa.
Deshidratación y golpe de calor
El senderismo, especialmente en climas calurosos, puede llevar a una pérdida rápida de líquidos y electrolitos, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y golpe de calor.
Picaduras de insectos y mordeduras de serpientes
Dependiendo de la ubicación del senderismo, los excursionistas pueden encontrarse con insectos y serpientes venenosas, lo que puede causar picaduras o mordeduras.
Hipotermia
En senderos fríos o a altitudes elevadas, la exposición prolongada al frío sin ropa adecuada puede llevar a la hipotermia.
Prevenir antes que curar...
Para prevenir o minimizar estas lesiones, es esencial:
- estar preparado adecuadamente para la caminata
- llevar ropa y calzado adecuados
- mantenerse hidratado
- protegerse del sol
- conocer y respetar los límites físicos y ambientales
- siempre es recomendable llevar un botiquín de primeros auxilios y tener conocimientos básicos de primeros auxilios para afrontar cualquier situación de emergencia