Fortalece huesos y el sistema cardiovascular, proporciona una herramienta contra el dolor, alivia el miedo y la ansiedad, calma el sistema nervioso, mejora el flujo linfático y fortalece el sistema inmunológico... Son muchos los beneficios del yoga para las personas que tienen o han tenido cáncer. Y por eso queremos recopilar cinco grandes testimonios de agunos supervivientes de cáncer que han practicado yoga durante y después de superar el cáncer con Amy Dara Hochberg:
"El simple hecho de subirme a una esterilla cada mañana me daba la vida"
"He tenido momentos de incertidumbre y miedos, de tristeza..., pero el simple hecho de subirme a mi esterilla cada mañana o de asistir a clase con mis compañeras después de la sesión de quimioterapia, me daba la vida y la energía que necesitaba para superar el día, para sonreír y agradecer a mi cuerpo el esfuerzo que estaba haciendo en todo momento. El yoga se ha convertido en mi fuente de inspiración, en la fuerza para vivir, para superarme y mejorar cada día un poco más, he logrado formar un grupo de mujeres que, como yo, han pasado un cáncer y quiero llevarles todo el beneficio que yo he recibido con el yoga".
R.C., una superviviente de cáncer de mama, Córdoba.
"Los dolores eran más suaves, tenía menos fatiga y más vitalidad"
"Para mí las clases de yoga fueron decisivas para sobrellevar el tratamiento de quimio. Me proporcionaban, por un lado, la paz mental que necesitaba y por otro, físicamente me hacían sentirme mucho mejor, los dolores eran más suaves, tenía menos fatiga y más vitalidad. También me hacían relacionarme con otras personas con el mismo problema y compartíamos temas que nos angustiaban. Definitivamente, creo que sin esas clases no hubiera podido llevarlo tan bien. Y ahora, después de los tratamientos, me sigue ayudando muchísimo a sentirme serena, en calma, consciente… y como no, en buena forma física".
A.C.,superviviente de cáncer de colón, Sevilla.
"Hay un espacio de bienestar interior que se abre camino entre los miedos"
"Durante el proceso de mi enfermedad, el yoga ha sido mi ancla. Me di cuenta de que, cuando haces tus sencillas prácticas yóguicas, sea cual sea la situación en la que estás en ese momento, hay un espacio de bienestar interior que se abre camino entre los miedos, la tristeza y el malestar. No se trata de no sentir estas emociones... sino de comprender, a través de la experiencia, que este espacio de bienestar aparece invariablemente a través del yoga... porque en realidad siempre estuvo allí, dentro de ti, esperándote en lo más profundo de tu corazón. Una vez te des cuenta de esto, tu vida empieza a cambiar de una forma preciosa, y todo -hasta haber pasado por una experiencia tan dolorosa- cobra sentido".
D.G., una superviviente de cáncer de mama, Gran Canarias.
"Soy capaz de obtener los beneficios de la práctica: fortaleza, estiramientos adaptados a mujeres que han superado los tratamientos con cáncer"
"Cuando estuve en tratamiento, lo que fue especialmente útil para mí fue encontrar una comunidad de soporte en las clases para mujeres supervivientes de yoga, y la práctica siempre me ayudó a calmar mi día a día. La clase está muy en sintonía con las necesidades de una mujer como yo que ha tenido cirugía, quimioterapia y radioterapia, y las posturas de yoga estándar son modificadas para reflejar estos factores. Como resultado, más que pensar en que el yoga es algo para lo que no soy muy buena, soy capaz de obtener los beneficios de la práctica: fortaleza, estiramientos adaptados a mujeres que han superado los tratamientos contra el cáncer y un ambiente calmado, positivo y de soporte mutuo".
P.K., una superviviente de cáncer de mama que iba a las clases para las mujeres en Washington, D.C.
"Mis limitaciones físicas parecían fortalecerme en lugar de debilitarme"
"Hace un año, después de recibir la noticia del diagnóstico de cáncer de mama, sentí que acababa una etapa y que comenzaba un nuevo camino a recorrer. Mi mundo se oscureció. Continué sin embargo practicando yoga, adaptando cada asana a cada momento, mi percepción de los movimientos del cuerpo junto a la respiración se hizo más consciente, más vibrante, todo encajaba… Mis limitaciones físicas parecían fortalecerme en lugar de debilitarme e inexplicablemente podía brillar en la oscuridad. Hoy, siento infinita gratitud por tener la oportunidad de seguir avanzando con alegría y humildad por este nuevo camino, creyendo firmemente que el yoga ha sido una poderosa herramienta que me ha aportado luz y claridad en este proceso".
S.I., una superviviente de cáncer de mama, Jerez de la Frontera.
Te recomendamos la lectura del libro ‘Yoga para el cáncer’ (Ed. Tutor) de Tari Prinster, profesora de yoga y superviviente de cáncer, que ha escrito una guía para paliar los efectos secundarios, reforzar el sistema inmunitario y mejorar la recuperación de los pacientes de cáncer con ayuda del yoga. A través de historias personales, 53 posturas ilustradas y adaptadas, ejercicios respiratorios y ejemplos de prácticas, Prinster anima a los supervivientes de cáncer a crear su propio plan para retomar su independencia y su recuperación física y emocional.
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