Cada color que percibimos a través de la vista y, en algunos casos, incluso a través de la piel (algunos invidentes han desarrollado un sexto sentido para reconocerlos mediante el tacto), oscila en diferentes longitudes de onda y emite unas vibraciones que lo distinguen del resto.
La cromoterapia aprovecha estas frecuencias de onda y las emplea para enfocar estos conocimientos en ganar salud y equilibrio. Como deportistas tenemos desarrollado una sensibilidad especial, más afinada, con respecto a las percepciones sobre nuestro cuerpo y las sensaciones que nos transmite; por ello, nos puede resultar un recurso interesante usar ciertos colores si necesitamos más energía para nuestro rendimiento o más calma y relajación, ante una competición.
EL ROJO: ESTIMULANTE
- Se mueve entre las 6.470 y las 7.600 unidades ángstrom (UA).
- Es el color que tiene la longitud de onda más larga y se considera que ejerce una acción estimulante sobre el corazón y el sistema circulatorio, impulsando la descarga de adrenalina en el torrente sanguíneo.
- Es el color de la sangre y encarna la pasión, la sexualidad, la actividad, la prosperidad y la ambición.
- Puede resultar útil vestir alguna prenda roja y rodearse de objetos o flores de este color, en casa y en el trabajo, especialmente cuando la timidez y el inmovilismo amenazan y no dejan avanzar.
- En exceso puede causar irritabilidad.
EL NARANJA: VITALIDAD
- Menos intenso y nervioso que el rojo pero también cálido (se halla entre las 5.880 y las 6.470 UA).
- Color idóneo para salir de la apatía.
- Símbolo de la vitalidad por excelencia, activa el sistema inmunitario, expande los pulmones y actúa sobre el bazo y el páncreas para ayudar a la asimilación y la circulación.
- Se utiliza en caso de asma, bronquitis, problemas renales, reumatismos, dolores musculares, resfriados, agotamiento mental y depresión.
- Vestir prendas naranjas, teñirse el pelo de un color cobrizo o pintar de naranja el vestíbulo, la cocina o el salón de casa puede ayudar a recuperar la alegría y a afrontar la vida con mayor confianza.
EL AMARILLO: CONCENTRACIÓN
- Es el color del sol y del oro (entre 5.500 y 5.880 AU).
- Su carácter luminoso se asocia a la inteligencia y la sabiduría.
- Estimula el cerebro y ayudar a despejar la mente. Refuerza el sistema nervioso e incidir en los procesos digestivos.
- Rodearse de este color puede ser múy efectivo si se padece confusión mental y pensamientos obsesivos.
- Ayuda a desarrollar la mente lógica y la capacidad de razonamiento (pintar en un tono amarillo suave o crema la habitación de los niños les ayudará a concentrarse a la hora de estudiar).
EL VERDE: ESPERANZA
- Es el color del mundo vegetal (4.920- 5.500 AU) y representa la regeneración, el crecimiento y la esperanza.
- Tranquilidad, bienestar y una agradable sensación de frescor lo convierten en un gran aliado para personas que trabajan mucho tiempo con ordenadores o bajo luz artificial.
- Aunque en su aspecto negativo el verde representa el egoísmo, la envidia o la pereza, y en tonalidades oscuras puede incluso deprimir, en sus tonos más alegres es un excelente remedio para aliviar el estrés y el cansancio, ayuda en los problemas de hígado y dolores de cabeza, y devuelve la estabilidad en los vaivenes anímicos.
- Conecta con la naturaleza y da paz al espíritu, mientras que jugar con tonalidades claras y suaves de verde en el dormitorio aporta un sueño reparador y reconforta.
EL AZUL: PAZ
- Situado en el extremo frío del espectro (4.550-4.920 AU), el azul es el color del cielo, la inspiración, la paz y la tranquilidad.
- Calmante y refrescante, al igual que el verde, por lo que es un color excelente para la meditación y para aplicar en lugares de descanso y curación.
- Las habitaciones azules y la iluminación azulada crean un entorno relajante en el que se tiene la sensación de disponer de mucho más tiempo para dormir. También es un color interesante para el cuarto de baño, el estudio (si se combina con colores cálidos) y la habitación de un bebé (azul claro).
- Los tonos oscuros de azul o un exceso de este color se desaconsejan en personas con depresión. Para darle mayor vivacidad y contraste se recomienda emplearlo junto con su color complementario, el naranja.
EL AÑIL: REFLEXIÓN
- Entre el azul y el violeta, el añil o índigo (4.300-4.550 AU) puede crear la impresión de un espacio y un tiempo infinitos.
- Aporta las condiciones necesarias para la autorreflexión y la contemplación: visión más profunda sobre uno mismo y con la capacidad para oír la voz interior.
- Poderoso analgésico.
- Alivia los problemas de pecho: bronquitis, asma y para el tratamiento de lumbago, ciática, migraña, eccemas e inflamaciones.
- Contribuye a bajar la presión sanguínea elevada y se cree que es particularmente efectivo para una tiroides hiperactiva.
EL VIOLETA: ESPIRITUALIDAD
- Entre los 3.600 Y 4.300 AU: una mezcla de rojo y azul, tiene la longitud de onda más corta y el máximo de energía de todos los colores del espectro.
- Se relaciona con las aspiraciones espirituales más elevadas del ser humano, con la creatividad y la conciencia.
- Combatir infecciones, estimula la producción de leucocitos y resulta favorable para aliviar los dolores de cabeza, los trastornos nerviosos, las enfermedades del cuero cabelludo, atenuar las palpitaciones del corazón y aliviar la angustia vital.
- Las personas nerviosas pueden incluir este color en los complementos de su entorno o en alguna pared del dormitorio, estudio, salón o comedor, en tonos muy suaves. En el caso del dormitorio, es preferible combinarlo con colores que contrasten.
EL BLANCO Y EL NEGRO: LOS COLORES DEL YIN Y YANG
El blanco es la síntesis de todos los colores.
El negro es la ausencia de color, ya que absorbe la luz, no la refleja.
- Los colores del tablero de ajedrez simbolizan los eternos contrarios y complementarios: vida y muerte, todo y nada, luz y tinieblas.
- El blanco evoca la luz, la pureza, la santidad y la inocencia.
- El negro se asocia con la introspección, la soledad y la tierra.
- Ambos colores representan el principio y el fin, como quien arranca desde la oscuridad de la ignorancia y, lentamente, con un esfuerzo consciente, entra en la luz del entendimiento.
- A la hora de vestirse, el blanco resulta luminoso y nos hace sentir limpios, al igual que en las paredes de una casa, los tonos blancos y hueso aportan luminosidad y permiten buscar el contraste con el mobiliario y los complementos.
- El negro, por su parte, ayuda a ofrecer una imagen sobria y de control de las situaciones.