El equipo de SPORT LIFE trabaja para mantenerte en forma e informado y te necesita. Hazte Prémium por 1 € al mes pinchando aquí (primer mes gratis) y estarás apoyando nuestro periodismo, a la vez que disfrutas de artículos exclusivos, navegación sin anuncios y contenidos extra.
Hay una cosa clara, los que dicen eso de "ya dormiré cuando me muera" están un poco más cerca de conseguirlo que aquellos que descansan adecuadamente. Puede que no mueran antes, pero sin duda vivirán con menor calidad y más esfuerzo.
¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando entrenamos sin haber descansado suficiente? En función de la intensidad y de la frecuencia del esfuerzo diario y deportivo, la falta de descanso puede provocar: dolores musculares, debilidad física, falta de rendimiento físico y mental, aumento notorio en el tiempo de reacción, visión borrosa, somnolencia diurna, mareos, migrañas agudas, debilitación en el sistema inmune (puede provocar, por ejemplo, que no acabemos de curarnos un resfriado), hiperactividad, irritabilidad, pérdida o ganancia de peso…
Rendimiento deportivo
Evidentemente, la falta de un sueño adecuado en cuanto a cantidad y calidad. ¿Sabías que se ha estimado que cada hora de sueño perdido conlleva una bajada del 3 % de nuestro rendimiento deportivo? En determinados momentos del día, nuestro rendimiento deportivo mejora.
Determinar el número de horas que debe descansar un adulto depende de muchos factores (actividad, necesidades personales…), pero en general podríamos decir que una cantidad correcta oscila entre 7 y 9 horas diarias de sueño.
A casi todos nos cuesta encontrar el tiempo, pero si además no logras conciliar el sueño cuando por fin llegas a la cama… Aquí tienes 7 sencillos trucos para controlar el insomnio:
1. La rutina es buena
Al menos en lo que a conciliar el sueño se refiere. Procura irte a la cama siempre a la misma hora y siguiendo un ritual parecido. Por ejemplo, un vaso de leche, lavarte los dientes… y apagar la luz.
2. Espacia tus entrenamientos
Muchos deportistas no tienen problema en terminar de entrenar, darse una ducha y empezar a dormir a pierna suelta. Pero si padeces insomnio, debes tratar de dejar al menos 3 horas entre el final del esfuerzo y el inicio del sueño, lo que permitirán a tu organismo relajarse.
3. Comer y beber lo justo
Acostarse con hambre o sed te impedirá descansar confortablemente. Pero comer demasiado te conducirá a una digestión pesada que impida el reposo nocturno. Y beber en exceso te puede obligar a visitar el baño durante la noche. Trata de cenar al menos dos horas antes de acostarte y de hidratarte conforme a tus necesidades.
4. Relájate antes de acostarte
No te lleves a la cama tus problemas y preocupaciones. Desconecta del trabajo, dedica un rato a tus aficiones, habla con tu familia, lee un libro… y huye de las pantallas, de tablets y móviles. El brillo que producen te puede desvelar, así que mejor déjalos apagados a última hora del día.
5. Huye de los excitantes
Por ejemplo del café en las horas previas a acostarte, incluso aunque no te afecten a la hora de conciliar el sueño, pueden disminuir su calidad o desvelarte en medio de la noche.
6. Mantén la habitación ventilada
Con una temperatura adecuada (en la medida de lo posible) y utiliza para dormir ropa cómoda y holgada, de tejidos naturales.
7. Un buen colchón
Con espuma de alta tecnología (viscoelástica, látex…), que se adapta al cuerpo y facilita el descanso, es una buena inversión si te la puedes permitir.
¿La siesta es imprescindible para rendir?
Muchos deportistas de élite son famosos por sus grandes siestas. Un desgaste mayor produce mayor necesidad de sueño, y además, los hábitos alimentarios en cuanto a distribución, cantidad y tipo de comida frecuentemente nos producen somnolencia alrededor del mediodía y tarde. No obstante, si duermes las horas necesarias durante la noche, es muy posible que no necesites siesta.
Las variedades y estilos de siesta no tienen fin pero si tienes poco tiempo, te aconsejamos que pruebes la denominada "Siesta de Dalí". El famoso artista se dormía con unas llaves en la mano. Cuando sus músculos se relajaban las llaves caían al suelo produciendo el típico sonido metálico. Eso era señal de levantarse. Que cada cual saque conclusiones…