Con la falsa creencia de que a mayor cantidad de proteínas ingeridas mayor cantidad de músculo generado, durante décadas los culturistas fueron un colectivo propenso a padecer sobrecarga hepática por un abuso indiscriminado, sobre todo, de este nutriente.
El organismo necesita una cantidad mínima de proteína al día.
Todo lo que sea ingerir cantidades por encima de estos valores, al no tener reservorio de aminoácidos, produce una desanimación de los aminoácidos (se transforman en glucosa) y, como consecuencia, se produce urea y deshidratación, además de una sobrecarga hepática y renal.
Sucederá tanto si llevamos una dieta exageradamente alta en fuentes proteínas como carnes, pescado y huevos, como si abusamos de los batidos de proteínas. Por tanto, no son los suplementos los que producen estas sobrecargas al organismo, sino la ingesta elevada de ciertos nutrientes.