Valter Longo (Génova, 1967), es el autor del libro Ayuno contra el cáncer, una guía novedosa para prevenir y tratar los tumores, donde revisa todos los estudios que se han hecho sobre los beneficios para la salud de hacer ayunos, especialmente en el caso de personas con cáncer y tratamiento oncológico.
Hemos podido entrevistar y grabar en vídeo las entrevistas que Valter Longo ha dado en su visita a Madrid, para preguntarle no sólo los beneficios del ayuno en tumores, también en la salud general, especialmente para deportistas, y qué tipos de ayuno se deben realizar, así cómo una entrevista más personal para conocer cómo hace el mismo sus ayunos y qué ejercicios y deporte hace a sus 55 años.
«Las células sanas saben perfectamente lo que deben hacer cuando la comida escasea, porque desde hace miles de millones de años, si tenemos en cuenta a sus antepasados unicelulares, han estado expuestas a esa condición. Las células tumorales, en cambio, han evolucionado en presencia de un exceso de nutrientes, y cuando se encuentran en condiciones de ayuno, buscan desesperadamente vías de escape para sobrevivir, porque han sufrido tantas mutaciones y cambios en el ADN que ya no son capaces de gestionar correctamente la falta de alimento.»
Valter Longo ha sido un valiente pionero al escribir este libro, con 520 páginas en las que explica los beneficios del ayuno para prevenir y mejorar los efectos secundarios de los tratamientos de oncoterapia, justificándolos con la investigación médica que hay sobre el tema. Ya hce una década, Valter Longo planteó durante las jornadas de un congreso internacional de oncología la relación que existe entre metabolismo, nutrición y longevidad, y no pocos miembros de la comunidad científica rechazaron sus ideas con vehemencia.
Vídeo de la Dieta de la Longevidad
El reconocido bioquímico italiano lleva treinta años investigando sobre los beneficios de la alimentación para lograr una longevidad saludable, de los cuales quince han estado dedicados al estudio del cáncer. En El ayuno contra el Cáncer recoge varios casos clínicos de pacientes con distintos tipos de tumores cuyos resultados demuestran que el ayuno, en combinación con un programa de nutrición basado en la dieta de la longevidad, mejora la eficacia de los tratamientos antitumorales y reduce los efectos colaterales de los fármacos.
Valter Longo, autor del éxito internacional La dieta de la longevidad, reúne en su nuevo libro los resultados de sus estudios científicos sobre los beneficios del ayuno en la prevención y el tratamiento del cáncer.
Aquí podéis leer algunos de los extractos de la obra, que recomendamos leer desde Sport Life, no sólo para personas con cáncer, también para prevenir todo tipo de tumores, y para aprender los beneficios de los ayunos, especialmente los de 12 horas, en la salud en general.
«Durante años el cáncer será una de las enfermedades más extendidas y letales en todo el mundo, y encontrar el equipo y la terapia adecuados marcará la diferencia entre la vida y la muerte.»
«Desconfiemos de los oncólogos que no tienen en cuenta las recomendaciones sobre alimentación que acompañan a las terapias estándar, porque hoy por hoy estamos seguros de que la alimentación y su impacto en el metabolismo pueden desempeñar un papel crucial en la eficacia de los tratamientos. Algo de eso ya se sabía hace cien años, cuando Otto Warburg describió las células tumorales como grandes consumidoras de azúcares y productoras de ácido láctico, un descubrimiento que contribuyó a hacerlo merecedor del Premio Nobel en 1931.»
«No soy en absoluto contrario a los fármacos, sino solo a los que son inútiles o a los que se recomiendan como “terapia tirita” sin tratar de resolver el problema que hay detrás. De hecho, en este libro promuevo el uso de los fármacos oncológicos que funcionan, y pocas veces aconsejo únicamente la dieta que imita el ayuno.»
«Se trata de entender que obesidad y ayuno no son fenómenos de la modernidad, sino fases normales de la evolución humana, ambas necesarias para sobrevivir a largos inviernos o a periodos de escasez de comida. Solo si comprendemos nuestro origen y nuestra evolución, además de sus bases moleculares, podremos obtener el máximo beneficio en términos de longevidad saludable y prevención de tumores.»
«Si pensamos que hacen falta unos dos meses de ayuno para que un ser humano empiece a morir, es evidente que también la mayor parte, por no decir todas las células tumorales, morirían a raíz de periodos prolongados de ayuno. El verdadero reto, por lo tanto, consiste en matar todas las células tumorales mucho antes de matar al paciente y, algo muy importante, antes de debilitar sistemas fundamentales para combatir el cáncer como el sistema inmunitario, el sistema nervioso, etc.»
«Muchas veces leo artículos que insisten en la bondad del ayuno porque forma parte de las prescripciones de muchas prácticas religiosas y porque lo hemos practicado durante miles de años. Pero podríamos decir lo mismo de la costumbre de atiborrarse de comida: lo recomiendan todas las abuelas y lo hacemos desde hace miles de años, y resulta que hoy más del 70 % de los estadounidenses y el 50 % de los europeos tienen sobrepeso o son obesos. También es un hecho que comer mucho y a menudo no es un problema si gran parte de lo que se come procede de una dieta vegana o pescetariana con bajo contenido en azúcares.»
«Los azúcares han ocupado el lugar de las grasas y se han convertido en las sustancias nutrientes más demonizadas. Como en el caso de las proteínas, no tiene sentido someter los azúcares y los carbohidratos a críticas feroces; es su exceso y el exceso de carbohidratos refinados y ricos en almidón, como la pasta, el arroz, el pan, las patatas, etc., lo que debería limitarse, sin suprimirlos, para que alimenten sin provocar niveles altos de insulina ni favorecer la acumulación de grasa y la resistencia a la insulina (que a su vez causan un aumento de los azúcares en la sangre y más acumulación de grasa).»
«La investigación sobre el cáncer da pasos de gigante, pero las terapias dirigidas a los pacientes que lo padecen avanzan mucho más despacio. Por eso creo que es necesario un nuevo planteamiento de las terapias oncológicas, con un oncólogo al frente de un equipo formado por médicos especializados en medicina integrada, biólogos moleculares, nutricionistas y, siempre que sea posible, psicólogos, para brindar a los pacientes terapias personalizadas, sobre todo a los que no responden a las terapias estándar. Estos “equipos oncológicos”, además de curar el cáncer o bloquear su progresión, deberían prevenir los efectos colaterales y los daños a las células, los sistemas y los órganos sanos.»
«El cáncer quizá sea la enfermedad más claramente relacionada con el aumento de la edad, porque depende de una serie de factores en los que influye poderosamente el proceso de envejecimiento: daños en el ADN, inflamación, reducción del funcionamiento del sistema inmunitario, etc. Por eso su prevención está más vinculada que otras enfermedades a la posibilidad de retrasar el proceso de envejecimiento y activar estrategias antienvejecimiento.»
«La mejor estrategia es respetar el estándar de tratamiento y usar la alimentación para respaldarlo sin sustituirlo, al menos mientras no se disponga de suficientes datos clínicos para incluir la alimentación en dicho estándar. No es una mera idea, sino algo que se basa en quince años de investigación, durante los cuales hemos comprobado que SOLO la combinación de fármacos dirigidos y dietas imitadoras del ayuno ha logrado la curación y supervivencia de los ratones, y que las terapias en el hombre sean más eficaces o menos tóxicas, un dato especialmente eficaz en el cáncer de mama.»
«Junto con los oncólogos que me han ayudado a escribir este libro, he experimentado con dietas imitadoras del ayuno que, al igual que los fármacos, se administran en un solo envase, en vez de presentarse como estrategias alimentarias basadas en instrucciones impartidas a los pacientes, y por tanto difíciles de controlar y evaluar. En colaboración con algunos de los hospitales oncológicos más eminentes del mundo estamos empezando a experimentar el efecto de nuestras dietas imitadoras del ayuno en la supervivencia general y la supervivencia sin progresión del tumor.»
«Se está llevando a cabo un gran esfuerzo investigador para crear fármacos más smart, es decir, inteligentes, que ataquen receptores específicos o vías metabólicas de las que dependen específicamente los tumores. Este tipo de fármacos, como los anticuerpos, no producen efectos colaterales comparables con los de los quimioterápicos.»
«En la actualidad nuestras pesquisas van encaminadas a responder estas dos preguntas: 1) ¿la dieta que imita el ayuno es capaz de aumentar la eficacia de la inmunoterapia y el número de pacientes que responden a dicho tratamiento?; y 2) ¿la dieta que imita el ayuno es capaz de lograr al menos una parte de los efectos de la inmunoterapia para aquellas personas que no pueden pagarse tratamientos tan caros en sus países? Como ya he dicho en este libro, soy moderadamente optimista sobre ambas cuestiones, pero creo que al final lo más eficaz será una combinación de dieta que imita el ayuno e inmunoterapia, con o sin otros fármacos.»
Valter es conocido como el «gurú de la longevidad», es un bioquímico reconocido a nivel internacional por sus investigaciones en el campo del envejecimiento y las enfermedades relacionadas. Director del Instituto de Longevidad de la prestigiosa Facultad de Gerontología de la Southern California University en Los Ángeles, también ejerce de profesor. Dirige, además, el laboratorio de longevidad y cáncer del Instituto de Oncología Molecular (IFOM) de Milán.
En 2018 la revista estadounidense TIME le incluyó en la lista de las cincuenta personas más influyentes del mundo en el campo de la sanidad.
Ha publicado en las revistas científicas más prestigiosas, como Nature, Science y Cell, y ha recibido varios de los principales premios internacionales sobre el envejecimiento, entre los que destacan el Nathan Shock Lecture Award del National Institute on Aging en 2010, el Vincent Cristofalo «Rising Star» Award por la investigación de la American Federation for Aging Research en 2013 y el Glenn Award por la investigación sobre la biología del envejecimiento en 2016.
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