Alerta, los microplásticos llegan a tu ensalada
Un estudio realizado en la universidad de Murdoch en Australia advierte del peligro que ha aparecido al aumentar hasta 23 veces el contenido en microplásticos de los suelos destinados a la agricultura, que llegan a estar expuestos hasta 10.000 aditivos químicos, convirtiendo los cultivos en sumideros de micro y nanoplásticos que acaban en nuestras lechugas, cereales y zanahorias.
Esta plasti-contaminación está relacionada con la aparición de éstos en pulmones, cerebro, corazón, sangre y placenta en humanos.
Los microplásticos (MP) y los nanoplásticos (NP) son contaminantes omnipresentes en los suelos agrícolas, lo que genera preocupación por su impacto ambiental, su infiltración en la cadena alimentaria y sus posibles impactos en la salud humana.
En esta revisión han examinado críticamente sus fuentes primarias: acolchado plástico, biosólidos, fertilizantes orgánicos y deposición atmosférica, diferenciando los hallazgos de estudios de laboratorio, semicampo y campo.
Y han evaluado sus efectos en la salud del suelo, la diversidad microbiana y la productividad de los cultivos, haciendo hincapié en los desafíos metodológicos para la detección y cuantificación de los MP.
Los estudios de toxicidad en plantas y suelos a menudo utilizan concentraciones exageradas de MP (hasta un 50 % en volumen), mientras que los datos de campo indican niveles mucho más bajos, pero acumulativamente significativos (normalmente inferiores al 0,1 % p/p).
Esta discrepancia revela la posibilidad de riesgos ecológicos acumulativos a largo plazo y tergiversaciones en muchos estudios de toxicidad.
Es fundamental contar con evaluaciones de toxicidad precisas y metodologías analíticas, ya que las concentraciones exageradas de MP en los estudios pueden distorsionar los riesgos reales.
La revisión también ha evaluado las vías de absorción de las plantas, explorando la evidencia de bioacumulación y las discrepancias en la investigación.
Además, destacamos el papel de los MP como portadores de aditivos y contaminantes peligrosos, distinguiendo sus efectos intrínsecos de los de las sustancias químicas asociadas.
La conclusión es que persiste una brecha significativa en las evaluaciones de riesgos estandarizadas y los marcos regulatorios, lo que limita una gobernanza eficaz a pesar de la creciente exposición ambiental.
Los autores propnen hacer futuras prioridades de investigación, incluyendo métodos mejorados de detección, estudios de campo a largo plazo, estudios de toxicidad ambientalmente relevantes e intervenciones políticas, para mitigar los riesgos que los MP y los NP representan en los sistemas alimentarios basados en el suelo.
Para abordar esta crisis, el Dr. Boctor, director del estudio, está trabajando con Bioplastics Innovation Hub para crear un tipo de plástico seguro que se descomponga en el suelo, la tierra y el agua, sin dejar ningún rastro.
Esta revisión destaca la urgente necesidad de esfuerzos científicos y regulatorios coordinados para abordar los crecientes desafíos de la contaminación por plásticos agrícolas.
Fuente: DOI: 10.1186/s12302-025-01104-x.