Cuando se trata de posiciones para dormir, no hay reglas escritas. Cada persona es un mundo y el descanso en cada una lo lleva en una postura determinada. Algunas personas duermen boca arriba, otras boca abajo con los brazos extendidos, otras de lado y esta es la más recurrente por su comodidad.
La posición fetal
Es la misma que adopta el feto en el vientre materno, y cuando reproducimos esta posición durante el sueño, se consigue una sensación de calma, relajación y bienestar.
Esta posición es perfecta en personas que tengan un estado de ansiedad acusado, ya que permite a los músculos que se relajen de forma natural al aliviar la tensión de la espalda.
En general, dormir en posición fetal, ofrece numerosos beneficios para nuestro cuerpo:
- Reduce la acidez estomacal, especialmente si se duerme del lado izquierdo.
- También es muy útil para reducir los ronquidos, otra alteración común del sueño.
Contraindicaciones
- No es conveniente adoptarla durante toda la noche, por las tensiones que genera en el cuello, columna vertebral y en la pelvis.
- Compromete el espacio torácico y podría ser perjudicial para una respiración fisiológica.
- Podemos realizar pequeños cambios en la posición fetal y así evitar sus efectos secundarios, tales como extender una pierna o colocar una almohada entre las rodillas o los muslos y así relajar la pelvis.
- Es importante mantener bien alineadas a las vértebras cervicales para evitar la rigidez del cuello y esto se consigue con almohadas de calidad.