La mejor forma de evitar los calambres durante el ejercicio es calentar bien antes de empezar el ejercicio y estirar bien los músculos que han intervenido en el movimiento. Alternando los esfuerzos intensos con días de descanso. Y evitando entrenar a las horas más calurosas del día o en condiciones de humedad intensa.
Aún así, el verano es tiempo de calambres por la deshidratación y pérdida de sales en el sudor que se produce por las altas temperaturas, especialmente si hacemos deporte sin hidratarnos bien.
Prioriza la hidratación con agua y electrolitos (sales minerales) especialmente si hay humedad y calor y sudas mucho.
Los minerales claves son el sodio, potasio, magnesio y calcio.
Los encuentras en:
Potasio: plátano, aguacate, agua de coco...
Magnesio: chocolate negro, espinacas, pipas de girasol y de calabaza, frutos secos...
Calcio: lácteos, semillas, sardinas con espina, brócoli...
Sodio: caldos de carne y de puntas de jamón, encurtidos, algas...
El magnesio, es considerado el mineral clave junto al potasio, para evitar los calambres, ya que son necesarios para el funcionamiento normal del músculo (contracción muscular) y tejido nervioso. Interviene en la correcta distribución de sodio, potasio y calcio a través de las membranas celulares.
Si tienes calambres por la noche, puede que se una el agotamiento muscular con la deshidratación, intenta llegar a la cena bien hidratado para evitarlo y descansar poniendo las piernas en alto antes de dormir.